Lag Baomer

El día 33 del ómer (Lag BaOmer), 18 de iyar, reviste un carácter muy especial. De acuerdo con la tradición, en este día cesó la epidemia que afectó a los alumnos de Rabbí Akiva. Por esta razón es que en este día se interrumpe el duelo permitiéndose el afeitado, el corte de cabello, la celebración de bodas y fiestas.



De acuerdo con la versión seguida por las comunidades ashquenazíes, la epidemia continuó luego de Lag BaOmer hasta el novilunio del mes de Siván, razón por la cual se mantienen hasta entonces las restricciones del duelo. Las comunidades sefardíes sostienen que la epidemia cesó del todo luego de Lag BaOmer y por ésto lo consideran el último día de aflicción, prohibiendo así el corte de pelo hasta el día treinta y cuatro.



Lag BaOmer es a su vez el aniversario del fallecimiento del gran maestro y líder espiritual del pueblo judío, el tanaíta Rabbí Shimón Bar Yojai, discípulo de Rabbí Akiva. De acuerdo con la tradición, el día del aniversario del fallecimiento del Justo es el día en que su alma vuelve a conectarse con su origen en los mundos celestiales. Esta es la razón por la cual es celebrado y festejado ese día colectivamente con cantos, danzas y fundamentalmente con rezos a ser elevados ante el Trono Celestial por el alma del tzadik (en hebreo, justo o piadoso) para que el Eterno se apiade del Pueblo de Israel.



La noche de Lag BaOmer es también una noche de fogatas, la principal de las cuales es encendida junto a la tumba de Rabbí Shimón en el Monte Merón en la Alta Galilea.

Los Mitos

Si viene un mensajero del Satán que deseara persuadir a un grupo de judíos de que cambien su forma de ser y que, por ejemplo, los exhortaria en el próximo Ióm Kipur a que se reúnan en algún lugar para comer un asado y que cada uno de estos miembros del grupo proclame en público, en voz alta y con convicción: ' yo no quiero ser más judío ', seguramente fracasaría en su objetivo.
Es interesante entonces detenerse en esta situación de rechazo frente a quien -hipotéticamente- vive en una dirección contraria a la identidad judía.
Esto lo he planteado en alguna ocasión ante un grupo de personas de este tipo que me escuchaban y todas rechazaban de plano semejante proposición.

Un amigo incómodo

Les puse entonces un ejemplo aun más incómodo: supongamos que viene a nosotros un amigo nuestro que no veíamos desde hace mucho tiempo, dado que vive en Europa.

Digamos que se queda por poco tiempo y nos invita a comer, justo para el día de Iom Kipur.

Rechazamos igualmente tal invitación. Y este amigo nos incomoda con sus preguntas: ¿por qué no este día? ¿qué tiene de especial?, ¿por qué es tan importante?

Respondemos que es un día sagrado. Pero pronto vemos que hay más que eso: sentimos que nuestra identidad judía está en juego. Y que no la queremos perder, no nos interesa cambiar.
Así, investigando y profundizando cada vez un poco más en nosotros mismos, nuestras respuestas van a ser un poco más definidas. Primero dijimos que temíamos la irreverencia por tratarse de un día sagrado; luego, tal vez, que por una tradición que tenemos y por un mensaje transmitido por nuestros antepasados que no estamos dispuestos a romper.
Si seguimos una línea de aproximación para justificar nuestro comportamiento, diremos que se trata de un sentimiento judío que no podemos dejar de lado.
Hasta que llegaremos a hablar incluso de los principios judíos. Para complicar el panorama, digamos que, nuestro ocasional y molesto amigo puede entonces expresar que lo que nos debiera interesar son nuestros sentimientos y no la tradición.

¿Por qué entonces guiarnos meramente por respetar prohibiciones? Sin embargo, nos obstinamos en que ese día debemos respetar la Torá y la tradición, o bien obedecer a D"s que nos dijo que eso no lo podemos hacer; y no guiarnos meramente por los sentimientos.
Sean cuales fueren las razones, algunas de las cuales son las que muchos participantes de mis seminarios me han dado ante mi pregunta, lo cierto es que todos ellos se niegan a abandonar su identidad judía.

Cuando funciona la alarma

Nosotros queremos seguir con nuestra identidad y nos alarmamos cuando nos hacen una propuesta así, de renegar de nuestros raíces, tradiciones y sentimientos. La pregunta es por qué nos asusta ante esta indigna propuesta pero no tenemos, en cambio, idéntica reacción ante otras paulatinas formas de desobediencia a nuestra identidad. Está muy bien que tomemos esa ley, costumbre o tradición de ayunar en Iom Kipur, de modo que nada ni nadie nos la haga abandonar, bajo ningún concepto.

No comer en Iom Kipur es una tradición, una costumbre y una misva que tiene el Pueblo Judío. No estamos dispuestos a abandonar nuestra identidad, a abandonar nuestro judaísmo, porque sentimos que es parte de nuestro ser, somos parte de una cadena transgeneracional. Así lo sentimos y así lo creemos.
Pero lo que es importante en esta reflexión es que, para nosotros el ser judío no debe implicar solamente no comer en Iom Kipur. Sino que debe ser parte de un conjunto de otras costumbres, que muchos de los que se niegan a la propuesta de ese amigo del ejemplo, han olvidado.

¿Qué diferencia hay entre el día del Kipur y el resto de las celebraciones judías? Somos judíos en este día, eso está muy bien ... ¿y lo demás no existe? Acaso nos olvidamos que en la Torá está escrito que ser judío no es solamente no comer en Kipur o no comer jamón. Y ese amigo del ejemplo, puede incluso enrostrarnos: "Tu actitud me refleja hipocresía. ¿Por qué te olvidás -o hacés que no sabés nada- del resto de los preceptos y las obligaciones que tiene un judío por ser judío?". Nos topamos entonces frente a un dilema, que hace a nuestra propia identidad.

Cómo le contestaríamos a ese amigo que descubre en nosotros esta contradicción; y que nos puede llegar a enumerar un sinfín de fundamentos básicos del judaísmo, a los que nosotros no les prestamos siquiera atención.

Los preceptos

La Torá nos habla de la Misvá del respeto a los padres y a a la esposa. A ella tenemos que tratar de brindarle felicidad, respeto y honor. También nos dice que debemos ser honestos en el trabajo, que no debemos robar o que está prohibida la usura cuando se hacen préstamos a quien tiene necesidad de subsistencia. Y nos prescribe asimismo que tenemos que descansar en día sábado. O que debemos respetar las leyes de pureza familiar, no comer determinados alimentos en Pésaj o que en Sucot solo debemos comer en la sucá.
Ese hipotético amigo del ejemplo, puede plantearnos: " Entonces ... ¿que me venís ahora con tu sagrado respeto al Iom Kipur si hacés caso omiso del resto de los principios y mitzvot?".

El valor de la convicción

Lo cierto es que después del desconcierto en que a muchos ha de sumir ese planteo, descubrimos que más allá de nuestras contradicciones, poseemos una íntima convicción: tenemos una muy profunda identidad judía.
Estamos muy convencidos de lo que somos. Sabemos bien quiénes somos y no estamos dispuestos a abandonar esta identidad. Tenemos una gran fe y una gran fuerza espiritual dentro nuestro. Pero tenemos contradicciones de las que fuerza tener que ocuparse.
Pero ... hay un problema, que no hemos sabido hasta aquí juntar distintas posiciones nuestras, que se hallan como si fuesen dispersos fragmentos que no coinciden. Esa es nuestra contradicción: tenemos en nosotros un judaísmo más latente y en potencia que efectivo y real.

Los fragmentos de la identidad

Se trata, por lo tanto, de transformar esa potencia en efectividad, en práctica. Por ello queremos aquí abordar el tema de los motivos que en el mundo de hoy no nos dejan ser realmente judíos en un cien por ciento.
Ser judío implica muchas acciones , y no solamente algunas determinadas. Hay gente, por ejemplo, que come en Iom Kipur. Pero considera que el judaísmo consiste en ayudar al prójimo, cosa que hace porque lo siente como obligación de su 'ser judío'. Y se siente judío. Lo cierto es que en éste como en los otros ejemplos, lo que se aprecia es que ese sentirse judíos y esa identidad judía, se hallan siempre en términos parciales. La cuestión es que no se puede ser judío 'a medias'.

Así como el buen médico tiene que practicar la medicina total y tratar de curar a todos los pacientes, en cualquier actividad no basta con poseer algo en potencia -como tener el título de médico, abogado, arquitecto- y sólo ejercerlo realmente la mitad o un diez por ciento. Si uno quiere ser algo tiene que ser algo con todas las letras. Y este razonamiento no es sólo válido para el hacer, también para el ser. Una identidad debe conformarse; y no meramente componerse de fragamentos dispersos.

Después de los atentados

Entonces la cuestión es por qué sólo somos en parte y no totalmente judíos. Muchas veces para descubrir que somos cien por ciento judíos, tienen que acaecer sucesos trágicos para nuestro pueblo. En la Argentina tenemos el caso de los atentados a la embajada de Israel y a la AMIA, donde se nos removieron nuestros corazones. A todo el mundo afectó, pero a los judíos -de cualquier latitud- nos tocó más que a nadie. ¿De dónde viene eso? Eso es una identidad judía que llevamos muy dentro nuestro. Pese a que en la rutina de la vida diaria, en la realidad de todos los días, no llevemos una práctica consecuente con ella.
Nos preguntamos entonces, por qué se desintegra así, por qué abandonamos nuestra identidad si realmente la sentimos ... ¿estamos actuando falsamente con nosotros mismos? Sin darnos cuenta, ¿nos estamos engañando a nosotros mismos, decimos que somos algo y realmente no lo somos?

El autoengaño

Los días pasan, la vida pasa y vivimos engañados por nosotros mismos. Hay gente que se murió por no comer en Iom Kipur, pero hizo mal. Según la ley judía, la persona que está enferma y tiene que comer para vivir, debe comer aun en Iom Kipur. Pero su identidad tan profunda -junto a un desconocimiento de la ley- los llevó en esos casos a arriesgar su propia vida.

Pero el desconocimiento de muchos aspectos esenciales del judaísmo, lleva a mucha otra gente a vivir autoengañada. Así, hay quienes usan peot (patillas) y barba, pero cometen otros pecados. Hay gente muy respetuosa de las celebraciones judías, pero que no cumple honestamente en la actividad comercial o en sus negocios.

Pero aun sin entrar en aquellos casos de comportamientos condenables, pasa que con las celebraciones o las mitzvot, están quienes cumplen algunas y quienes, otras. Están quienes respetan el shabat pero no se pone tefilin (filacterias). O los que sí se ponen tefilin pero comen pan en Pésaj. Algunos preservan la comida kasher en su casa, pero fuera de casa, no. ¿Qué son estas cosas? ¿Es una elección del judaísmo?

Ser judío es una totalidad. Por ello hay que indagar cuáles son los motivos del propio autoengaño. Debemos tener el coraje de asumir nuestra propia identidad. Es una pregunta que se hicieron los judíos a lo largo de toda la historia.

Ocho respuestas

Hace más de 1500 años había un Gran Rabino que se llamaba Rabí Seadia Gaón -anterior a Maimónides; fue el primer Gaón. El Gaón es el rabino postalmúdico. Después de los rabinos que conformaron el Talmud, aparecieron los geoním -plural de Gaón.

Este rabí fue uno de los más relevantes de su época y fue el primer rabino que estudió tratados filosóficos. Fue él quien ya en esa época expresó esta pregunta: ¿de dónde emana la actitud hipócrita y falsa de los judíos, que son judíos para lo que quieren y no para lo que deben y para lo que realmente son?
Y brindó a la misma ocho respuestas, que obedecen a otros tantos problemas por él enunciados. De una de estas respuestas, de los mitos del judaísmo es que nos ocupamos en estos renglones.

La pregunta no va para aquel que dice "yo no siento la identidad judía" sino para aquel que sí dijo "yo soy judío y ser judío consiste en esto (omitiendo otras mitzvot)".

La presión social

Cuando he interrogado a mi auditorio acerca de los motivos por los cuales ellos creen no poder cumplir con muchas de las prescripciones que hacen también a su identidad judía, el concepto de la presión social fue muy invocado. De una presión que nace también de ciertos mitos que toda sociedad -aun la más civilizada y cosmopolita- cultiva en su seno.

Sabemos que nuestra personalidad y nuestra identidad no es la misma, según que nazcamos y vivamos en una gran capital del mundo desarrollado o que lo hagamos, por ejemplo, en una poblada ciudad del Asia de los brahmanes o en una lejana aldea de Europa oriental.

La sociedad nos forma y nos da también un aspecto físico y uno espiritual, lo mismo que ciertas categorías en la forma de pensar. Cada sociedad nos deja un estigma, como un sello. Es entonces la sociedad uno de los problemas más difíciles de afrontar. Somos parte de una sociedad y no somos conscientes de los mitos que nuestra sociedad crea. O sea que nos encontramos muchas veces obedientes a ciertos criterios, o modos, o estilos de comportamiento que no son sino creencias axiomáticas.

Hay muchos mitos que los judíos adjudicamos a nuestra propia religión justamente porque la sociedad impuso ese criterio.

Milenaria Mikve
Un acabado ejemplo de los mitos sociales puede verse en las expresiones de aldeanos -alejados de la gran urbe-, dado que es gente siempre más dispuesta a manifestar su sorpresa. Un amigo mío, judío, formó parte de un tour de argentinos gentiles a España. Allí fueron a visitar una mikve, un baño ritual judío. Es importante recordar que la misma era pieza arquelogica que consistiaen un pozo que se llenaba con agua de lluvia y al que las mujeres, cuando se casan. y Cada vez que la mujer termina su rgla, para poder estar junto a su marido.
Hoy en día hay un sistema especial con un sistema muy higiénico, agradable y confortable, gracias a D"s.

Como sabemos, en la legendaria Sefarad (España) hubo vida judía por muchos siglos, antes de la expulsión en 1492. En el citado tour se les mostraba a los visitantes una mikve que tenía mil años de antigüedad, que por supuesto no se usa desde hace más de quinientos años. Se trataba de una mikve ubicado en un pequeño pueblito, un lugar muy alejado de la ciudad. Quien brindada las explicaciones del uso de la mikve era un sacerdote católico, ya que a muchos curas les interesa mantener todo lo que históricamente estaba relacionado con el judaísmo, sea libros, templos o lo que fuere..
El cura explicaba asimismo cómo las mujeres judías en épocas de la Inquisición arriesgaban sus vidas y se sumergían allí para poder cumplir con el precepto.

Cuernos en el rostro

Sucedió que cuando mencionó a los judíos, este amigo mío precisó a una de las señoras nativas del pueblo: 'Yo soy judío'. Ante esta revelación, mayúscula fue la sorpresa de la mujer -que no era del grupo del tour sino una habitante lugareña. Luego de mirarlo bien y no encontrarle ningún rasgo sobresaliente, admirada llamó a su marido ("Manuel, mira: ¡hay un judío acá!"), que tampoco salía de su asombro.

Este señor judeoargentino les preguntó por qué tanta admiración, si no habían visto nunca antes a un judío. La respuesta del sorprendido matrimonio fue que 'sí, pero nunca uno como usted'. Cuando este buen hombre les preguntó que lo diferenciaba de otros judíos, le revelaron sin ningún impudor que ellos sabían que los judíos tienen cuernos.

Aquí vemos claramente lo que es el poder de un mito. En verdad ellos no habían conocido nunca antes a alguien que les manifestara ser judíos (y por supuesto nunca vieron persona alguna que portase cuernos). Pero los mitos tienen una fuerza incontrastabe especialmente cuando se transmiten como creencias en lugares tan alejados y escasamente ilustrados.

Y bien, algo análogo -aunque por supuesto con criterios menos ridículos- acontece en la sociedad cosmopolita de las grandes ciudades de hoy.
Así, son los mitos sociales que se nos han impuesto los que nos llevan muchas veces a abandonar nuestra identidad judía en atención a cosas que nos parecen absurdas.

Los preconceptos -lo mismo que los prejuicios- que tenemos acerca de determinados acontecimientos de la vida, conducen nuestro comportamiento. Para concluir con estos mitos es necesario que nos topemos con la verdad y que ésta nos haga cambiar de opinión.

Un 'hereje' en Tortuguitas

Un caso parecido me ha tocado vivir personalmente en el almacén en Tortuguitas. El dueño -esta anécdota es de 1994-, viendo mi kipá en la cabeza, un día me preguntó con cierta consternación: "¿Usted es judío, no?" - "Sí, soy judío, soy rabino", fue mi respuesta.

Entonces me dijo: "Ustedes no creen en Jesús". - "No, para nosotros Jesús era un judío que perteneció a nuestro pueblo, que estudió incluso con rabinos pero después él formó su propia religión". Y este señor sostuvo que entonces era yo un hereje. Porque para él lo eran todos aquellos que no creen en Jesús. Insistí infructuosamente en hacerle ver que un católico y un judío profesan hoy distintas religiones, por lo que no se puede traspolar esta categoría a miembros de otra creencia.
Pero este hombre recibió la transmisión de un mito y no había cómo sacarlo de allí.

Pero los mitos acerca de los judíos o del judaísmo no sólo son abrigados por los gentiles, como en estos casos señalados. También hay mitos -menos diáfanos, más sofisticados- que portan en su inconsciente muchos judíos.
Nuestros mitos son los que muchas veces llevan a personas judías a un rechazo del judaísmo.
Podemos citar aquí dos casos bien definidos. El mismo de la mikve de la que habláramos más arriba, como el del préstamo con interés. Veámoslos.

El respeto del ciclo

En lo que hace a la mikve (la tevilá), hay mujeres judías que experimentan por esta práctica un agudo rechazo. Ya con escuchar hablar de eso, tiemblan. Argumentan 'contra el charco de agua' y que 'durante tantos días' no puedan tocar a su marido, etc. La mitzvá de la tevilá asusta a las mujeres como a sus maridos. La mujeres, en la mayoría de los casos, no quieren ni saber de qué se trata; hasta tienen miedo de averiguar qué es.
Sintéticamente, podemos decir que el judaísmo describe las prescripciones acerca del ciclo de la mujer. Cuando ésta menstrúa no puede estar en contacto sexual con su marido; después tiene que dejar pasar siete días para poder sumergirse en la mikve. Y luego de esto puede ya relacionarse íntimamente con su cónyuge.

Pero sucede que hay mujeres que piensan que sumergirse es un acto análogo al del lavado de una prenda sucia. Esto no sólo no es así, sino que el respeto de este ciclo tiene una mejor perspectiva de mantener encendida la llama pasional del matrimonio.

Y recientes investigaciones de psicólogos y sociólogos llegaron a la conclusión de que uno de los fundamentos de un matrimonio bien llevado, donde progresa y se desarrolla el amor, se da en aquellas parejas que aplican estas normas de pureza familiar. Según trabajos científicos y las conclusiones estadísticas de los mismos, realizados en tres Estados de los Estados Unidos, los matrimonios más exitosos en su vida amorosa son los que respetan este ciclo.

Y aun sin los estudios, por intuición sabemos que siempre es así. Porque tomemos como ejemplo cualquier actividad que sea agradable pero que la hagamos sin pausa, Así sea comer todos los días un sabroso postre, Llega un momento en que nos cansamos de él y lo abandonamos. Con el amor corremos también un riesgo: que la convivencia en años disminuya el deseo y aumente, en cambio, ciertos comportamientos rutinarios que concluyan en el mutuo agotamiento de los miembros de la pareja.

Psicólogos y científicos del comportamiento coinciden en que hay que recrear el deseo para poder lograr el placer. Cuando no hay deseo no hay placer.
En el matrimonio hay una rutina que puede devenir en insoportable. Y que puede originar un desgaste en la pareja. Un matrimonio, en alguna medida, es como un jardín. Así como en éste hay que atender a las plantas, en el matrimonio también debemos cultivar y regar.
Entonces, la obediencia de este ciclo, que comprende el baño ritual en la mikve es también la posibilidad de recreación del matrimonio. Hay que saber esperar los tiempos oportunos para cada una de las formas de relación entre los cónyuges.

Recrear el entusiasmo

Es importante que en el matrimonio haya una constante recreación del entusiasmo. Cosa que, un hombre después de, por ejemplo, siete años de casado tenga ganas de abrazar y besar a su esposa, al volver a su casa. La mikve logra que el hombre, aun después de treinta y cinco años de casado quiera volver a su casa para mirarla y admirarla, y disfrutar de ella. Charlando con ella, o besándola. Y que sienta siempre renovadas ansias por experimentar el amor con ella.
El período de abstinencia refuerza el deseo. No nos olvidemos que, uno valora más aquello que no posee. Y al concluir los períodos prohibitivos, se renuevan con más fuerza las ganas de estar con la mujer.

El sexo no es todo en la pareja, pero en la mayoría de las parejas con problemas de convivencia deducimos que tienen una relación sexual insatisfactoria. La que muchas veces está en la base de las discusiones y aun de los problemas educativos con los hijos.

Si conseguimos regular nuestras tentaciones físicas, también podremos adquirir un dominio sobre nuestras sensaciones espirituales. El amor espiritual y el amor físico van siempre relacionados.

Otro mito que se ha generado es aquel en el que muchos judíos no-observantes expresan que los judíos religiosos usan una sábana con un agujero en el medio para mantener relaciones sexuales con su mujer. Un disparate. En realidad, alguien hizo circular esa versión después de ver el tzizit que cuelgan los judíos observantes en Mea Shearim. Allí se ve que los talet tienen un agujero en el medio para poner la cabeza. Y el mito distorsionador les atribuyó una absurda función.

Lamentablemente, producto de estos mitos existentes, muchas de nuestras leyes -como la que prescribe el baño de la mujer judía en la mikve- han sido mitificadas por la sociedad.

Pero ahora todos comienzan a percatarse que, gracias a estas leyes siguen consolidados los matrimonios. Y como resultado de esto, sigue existiendo el pueblo judío.

Se contempla a los pobres

Otro mito que, como en el caso anterior se origina en el seno de nuestra comunidad, es el de la usura. En una ocasión me tocó conversar con una mujer judía que rechazaba el judaísmo, entre otras cosas, porque, según expresaba, 'amaba la verdad y rechazaba lo falso'. Y entre las actitudes falsas veía que había judíos que 'siempre buscaban la vuelta para salirse con la suya', como en el caso de los préstamos con usura. Y éste es otro mito, donde se confunde lo que hacen algunos judíos con lo que el judaísmo prescribe. Pero, de todos modos, en el caso citado la práctica que ella creía innoble era una creencia equívoca.
Cuando le pedí un ejemplo concreto, me dijo que siendo que el judaísmo prohibe el préstamo con usura, se las ingeniaban para por medio de un papel donde se escribe cierta fórmula, levantar la prohibición.

Tuve entonces que desmitificar aquello explicándole de qué se trata. Hasta aquí ella no había indagado demasiado y sí había juzgado. Pero con absoluto desconocimiento. El llamado 'papel' es el 'Shetar Iská'. Y en éste se explica por qué motivo se hace el préstamo. Para el judaísmo si se presta dinero a alguien que lo necesita para la subsistencia, no puede haber usura. Pero sí pueden cobrar intereses cuando se trata de, por ejemplo, un préstamo para que la persona que recibe el dinero pueda hacer una inversión en un negocio determinado. Esto es lo que aclara el 'Shetar Iská'.

¿Sabemos cuándo está prohibida la usura? No, no lo sabemos. Por eso sustituimos con un mito nuestra ignorancia. Si por ejemplo, Reubén es un hombre con esposa y seis hijos que no tiene trabajo y no puede sustentar a la familia seguramente recurre a alguien por ayuda. Y si su conocido Shimon le presta dinero, no puede de ningún modo percibir intereses. Esto es tan así como la prohibición de comer jumets en Pésaj.

Porque para el judaísmo, comerciar con este hombre es hostigar y hacer sufrir a una familia. ¡No hagas negocios y comercio con el sufrimiento de los demás! Porque de ese modo el comercio se va a convertir en que hayan pobres y necesitados que necesiten del préstamo.

Pero hay otro interés que no está prohibido y la gente no lo sabe. Si a Shimon acude Yuval que sí es un hombre afortunado pero que necesita un dinero para afrontar un nuevo negocio, entonces la usura no está proscrita.
Es en este caso en que la Torá no prohibe nada. Y en estos casos se lleva a cabo el empleo del 'Shetar Iská' por el que se especifica de qué tipo de préstamo se trata.

Cuando se lo dije a esta mujer, y le dejé en claro que los únicos préstamos con usura que se pueden hacer son aquellos para la realización de negocios, cambió totalmente su forma de mirar al judaísmo. Ella no sabía que para el judaísmo hay una usura permitida y una usura prohibida y que esto atiende, como siempre, a razones humanitarias. Un concepto equívoco, recibido una vez, pudo confundirla durante gran parte de su vida.

El mito de la caverna

Es útil también mostrar que ya Platón se ocupó de la importancia distorsionante que tienen los mitos. Él desarrolló el mito de la caverna. Para explicarlo sintéticamente: imaginemos que en una caverna vive un grupo de personas encadenadas a la tierra y están constantemente mirando hacia el fondo. Allí hay paño de tela blanco y en él se reflejan imágenes. ¿Por qué es esto? Porque detrás de los hombres que están encadenados y no pueden dar vuelta la cabeza hacia atrás, hay una fogata. Y delante de la fogata hay personas que pasan objetos delante de ella. Y la luz del fuego atraviesa las imágenes de estos objetos, reflejando la sombra en el lienzo blanco.

¿Qué ocurre? Esos hombres que están ahí encadenados, nunca vieron la realidad, siempre vieron esas imágenes. Y qué entendían ellos, por ejemplo, cuando se mencionaba la palabra 'vaso' y éste se reflejaba en el lienzo. Pensaban que la palabra era la sombra. Porque nunca vieron otra cosa en su vida: las imágenes, los reflejos y las sombras de la realidad.

Resulta que un día uno de estos encadenados es liberado y sale al mundo. Ve, entre otras cosas, lo que es en la realidad un vaso.
Al comienzo se mueve con las categorías anteriores, las del mito. Cuando le dicen "esto es un vaso", lo niega.

Así como el citado caso de la señora pueblerina que decía que los judíos tienen cuernos en la cabeza, hubo que mostrarle el vaso y demostrarle el contraste entre la realidad y las míticas sombras de la caverna.

Una vez hecho este aprendizaje, este personaje de Platón retorna a la caverna y le dice a los encadenados que lo que ellos creen que es un vaso, no es sino el reflejo o la sombra. Entonces sus antiguos compañeros le dicen que está loco. Y Platón agrega, que si vuelve a quedarse allí mucho tiempo puede llegar a olvidarse de la verdad, hasta volver a creer nuevamente que el vaso es lo que ve en el lienzo.

Salir del encierro

Así vivimos nosotros, como encerrados en una caverna y escuchando todo tipo de conceptos acerca de nuestra propia identidad y de nuestro propio judaísmo. Y cuando escuchamos el concepto lo captamos con nuestra percepción, que está distorsionada por los ocho motivos que enunció el Rabí Seadia Gaón. Cuando analiza los aspectos por los cuales nos alejamos del judaísmo, uno de ellos es el que aquí analizamos, el de la presión de los mitos de la sociedad.

Tenemos que tratar de descubrir la verdad. Para ello es necesario salir del encierro de la caverna e indagar. Si somos judíos y sabemos que existen 613 preceptos y un sinfin de normas que nos hacen ser judíos, por lo menos indaguemos. Preguntemos qué es y no nos dejemos llevar por nuestra comodidad, por nuestra ambición o por los mitos. Son excusas que no nos servirán de nada.

No desaprovechemos el tiempo. Si somos judíos, el judaísmo tiene por lo menos derecho a que sea analizado y descubierto con nuestros propios ojos. Indaguemos, preguntemos y conozcamos más sobre nosotros mismos antes de decidir alejarse del judaísmo. Entonces lo más probable es que encontremos las razones para manifestar con orgullo nuestra identidad judía.

Opiniones sobre d-os

Profesor Yehuda Guelman, filósofo de la Universidad Ben Gurion del Neguev

"Los hombres racionales tienen una tendencia muy marcada a creer en la existencia positiva de un D´s. Esta tendencia es caracteristica tambien en personas que pasaron por experiencias misticas, de manera que sea por medio de la logica o espiritualmente, en condiciones diversas, lugares o epocas distintas, la gente tiende a concluir que hay un D´s".(extraido de Diario Haaretz, 26/07/96)

Profesor David Waiss, medico e investigador sobre el cancer

"Lo que yo opino, afirmo, es que para explicar no solo la Creacion del Universo , sino tambien el funcionamiento de este es necesario remitirse a una inteligencia superior. Me siento casi obligado, por asi decirlo, a aceptar la existencia de un Arquitecto Superior. La ciencia me ha empujado durante mucho tiempo a a aceptar la idea de un Creador. Y la Tora, complementariamente, me ha mostrado qué, quién y cómo es Él. Y luego , una vez recibida la hermosa y convincente explicacion de la Tora, no solo acepto la existencia de D´s, sino que tambien - y no tengo alternativa - debo aceptar junto con ello, todo el resto de los fundamentos y leyes del judaismo."(extraido de Diario Haaretz, 26/07/96)

Aristóteles

"Debe existir algo de manera irreductible que provoca que el universo se mueva, que el tiempo corra, y que todos sus componentes se mantengan en estabilidad y orden: Hay unas leyes y no se pueden negar!". "D's es la causa de las causas, la primera de todas ellas y de la cual provienen todas las manifestaciones. El es el fundamento de la existencia y su compuesto elemental".

Albert Einstein

"La experiencia mas linda que es posible disfrutar es la de ver y presenciar lo desconocido. De ese punto parte la verdadera ciencia en sus investigaciones y el verdadero arte. El hombre que experimenta una de estas misteriosas experiencias se siente - si no esta en condiciones de comprender el fenomeno - deslumbrado y atraido. Sus ojos estan maravillados y es una experiencia importantisima porque mas alla de que no podamos comprenderlo, existe; como exite yo, como existe el mar, y descubre que hay una inteligencia superior capaz de manifestarse mas halla de nuestra comprension".("Como yo veo el mundo", pag 210-211)

Israel

Cada Shabat del año leemos en la Sinagoga una porción de la Torá y en Shmini Atzeret llamado también Simjat Tora, completamos la lectura de todo el Pentateuco. La última palabra que leímos de la Tora fue "Israel". Culminamos la lectura de la Torá e inmediatamente comenzamos a leer de nuevo del principio, empezando del libro de Génesis con la palabra "Bereshit", en el principio.

Hay un significado más profundo en estas dos palabras - Israel y Principio. Esto nos indica que hay una fuerza oculta en nuestra Nación, la fuerza del "principio". Nuestro pueblo es antiguo y parece siempre estar al borde de su extinción y desaparición de la Historia, sin embargo, se despierta y se recupera con bríos juveniles. Es este el poder secreto y misterioso del "principio" de Bereshit.

Esta aptitud sobresaliente está grabada en la Nación de Israel, y la heredamos de nuestro patriarca Abraham. Nos relata el Midrash (Bereshit Rabba 97): "Abraham poseía una moneda; de un lado se veía la imagen de un anciano y una anciana, y del otro lado la imagen de una pareja joven. Por una parte, Abraham y Sara aparecían como una pareja de ancianos que llegaban al fin de sus días. Por la otra parte, eran una joven pareja, llena de energía, comenzando a tejer el hilado de su existencia. Acerca de ellos dice en el tehilim 92:15 "Producirán todavía a edad avanzada, serán vigorosos y llenos de vitalidad".

Simjat Torá en el Campo de concentración de Treblinka

Los Nazis, de maldita memoria, ordenaron a 5 jóvenes entrar a las duchas y lavarse. Todos ellos eran sabios de la Torá y estudiantes de Yeshivot. Se prepararon a entrar, sabiendo ciertamente que esto significaba la preparación para la muerte y despues el crematorio.

Comprendiendo que en contados minutos iban a morir, dijo uno de ellos a sus compañeros: "Hoy es Simjat Torá. y a pesar de que no poseemos aquí un Sefer Torá para bailar alrededor de él, D-s seguramente esta cón nosotros. Bailemos, pues".

Sabiendo muy bien que no tenían posibilidad de salir vivos, decidieron, "Ya que seremos sacrificados, por lo menos seamos un sacrificio completo". Comenzaron, pues, a bailar, para cumplir la encomendanza de alegrarse en Simjat Torá; bailaron y cantaron con espíritu elevado. En ese preciso momento pasó un oficial alemán, que quedó sorprendido ante lo que observó. Estos jóvenes, contados minutos antes de su muerte, ¡están cantando y bailando de alegría! Les preguntó pues, qué ocurría allí. Como sabían que no tenían qué perder le respondieron: ¡Estamos felices de partir de este mundo gobernado por criminales como vosotros! Naturalmente ésta respuesta encolerizó al soldado, que decidió al instante: Vosotros no gozaréis de una muerte rápida en los crematorios, como todos. Tendréis que esperar hasta mañana, y les prepararemos una muerte lenta, llena de sufrimientos. ¡Veremos entonces si se alegrarán tanto!

Los jóvenes escucharon sus palabras con calma, y no contestaron. Con la alegría de Simjat Torá entraron en una atmósfera tal, que ya este mundo no tenía ningún valor para ellos. Cuando se estaba poniendo el sol, arribó un tren para recoger judíos y llevarlos a un campo de trabajo. El jefe del transporte vio a los jóvenes que estaban llenos de energía (aunque habían bailado todo el día) y les ordenó: Venid conmigo. Así se salvaron de la muerte cierta en los campos de exterminio y sobrevivieron el Holocausto, por el mérito de haberse alegrado, bailando y cantando en Simjat Torá.

Final y renacimiento

En nuestra generación, Hitler, de maldita memoria, logró exterminar un tercio de los mejores hijos de nuestra Nación, y tenía la intención de exterminar completamente al pueblo judío, con su plan de la "Solución Final". Justamente al mismo tiempo se creó nuevamente el "Principio" -El renacimiento del Pueblo de Israel en Tierra Santa. No solamente en su sentido físico, sino también en lo espiritual, en su alma y su ley.

Justamente cuando parece que el nivel de Am Israel está descendiendo, se despiertan fuerzas desconocidas y comienza el renacimiento espiritual, abriéndose nuevos centros de estudio que atraen a la juventud desorientada.

Así es que Israel está siempre al principio de su camino, a pesar de que su historia es antigua, su existencia es eterna.

Hay un Bereshit, un comienzo después de la gran destruccion de israel.
La bendición mas grande que recibimos es que hay un comienzo y esta debe ser la razón para una gran alegría

¿Que es Shofar?

El Shofar es el cuerno de un animal y su sonido es como el de una trompeta.

Es usualmente el cuerno de un carnero, pero un Shofar puede ser hecho también de un animal kosher, como un borrego, cabra, antílope o gacela.

El Shofar es usado en diferentes ocasiones: en el año del jubileo, en Rosh Hashana (año nuevo) también llamado el día de la trompeta.

El Shofar nos recuerda el carnero que Abraham sacrificó en lugar de su hijo Isaac.

Cuando D's nos dio los diez mandamientos en el Monte Sinaí, los Israelitas escucharon el sonido del Shofar.

El Shofar es un llamado a la redención. El Shofar nos recuerda que D's redimió al pueblo judío.

Sonidos del Shofar

El tekiah es un largo “soplo” con un tono claro.

El shevarim es un set de tres cortos “interrumpidos” soplos.

El teruah es un set de nueve rápidos y cortos soplos.

Una combinación de Tekiah, Shevarim, Theruah, terminando con un Tekiah Gedolah.

Amar al prójimo

Rabí Akiva dijo: "El versículo: 'Ama a tu semejante como a ti mismo', es un gran principio de la Torá". Ben Azai dijo: "El versículo: 'Cuando Di-s creó al hombre, Él lo creó a Su imagen', es un principio más grande aún".

El amor por el semejante, que no está motivado y que no se fundamenta en la convicción de que el hombre fue creado a imagen de Di-s, carece de solidez. Sin tener en cuenta esta convicción, ¿Por qué razón una persona debería sentirse obligada a amar a su semejante? El hombre resulta tan minúsculo en el universo, que puede llegar a considerarse como un ente de menor importancia. ¿Qué es, después de todo, el hombre, sino solamente uno entre los varios miles de millones de habitantes en un planeta, que es sólo una partícula de materia en la inmensidad del espacio que existe desde miles de millones de años luz?

Cuando comprendemos que sólo el hombre, entre las demás criaturas, fue formado a imagen del Creador, adquiere significación, constituyendo la cumbre más alta de la creación. El hombre fue creado a imagen de Di-s y debe ser respetado en consecuencia.

El Jafetz Jaim cita a comentaristas quienes explican que, a "imagen de Di-s", significa que el hombre tiene la capacidad de emular a Di-s, quien otorga la bondad a las personas. Todo aquel que efectúe un acto de bondad, está reflejando los atributos de Di-s.

El siguiente extracto de Orjot Tzadikim, resume el modo en que debemos comportarnos con los demás:

"Ayuda a los demás, en toda forma que te sea posible, de acuerdo a tu capacidad. Preocúpate igualmente por los ricos como por los pobres. Préstale dinero a todo aquel que necesite un préstamo. Hazle presentes a los pobres, conforme a tu capacidad, y ocasionalmente envía presentes a los ricos también. Sé completamente honesto en tus tratos comerciales. No seas estricto con los demás en asuntos de menor importancia. Háblale amablemente a cada persona. Si alguien te engaña, no lo engañes a él.

Soporta el pesar de otros, pero no ocasiones molestias a los demás. No litigues con otros. Saluda a todas las personas con alegría y una placentera expresión de tu rostro porque esto, habrá de fortalecer el amor. Trata a los demás para su bien. Cuando otros estén tristes o preocupados, confórtales. Si alguien te confiara un secreto, no lo reveles a los demás, aunque él te hiciera enojar. No hables mal de los demás, y no escuches cuando te hablen mal de alguien. Trata siempre de rescatar las cualidades positivas de tu prójimo. Honra a todas las personas con hechos y con palabras y no te demuestres superior respecto a ninguna persona."

El hecho de amar a nuestro semejante, incluye preocuparnos por sus aflicciones igual que como si fuesen las nuestras.

El Rabino Shalom Shebardon relata con frecuencia el siguiente suceso, para ilustrar de de que modo distinto habrá de reaccionar una persona cuando realmente siente el dolor de alguien:

Un niño pequeño estaba jugando frente a la casa del Rabino Shebardon en Jerusalem. El niño se cayó y se hizo un peligroso tajo. Al oír el llanto de la criatura, el Rabino salió corriendo, le puso una toalla sobre la herida, y se dio prisa para llevar al chico a la casa del medico, que vivía cerca del lugar. Mientras corría, una mujer anciana, al notar su preocupación y aflicción, y pensando que se trataba de uno de los hijos del rabino exclamó: "No se preocupe, no se preocupe, Di-s lo ayudará".

Sucedió que el niño resulto ser el nieto de esa mujer, y el Rabino tenía curiosidad por conocer su reacción, cuando se diera cuenta de la identidad del chico. Por cierto que, tan pronto como supo que era su propio nieto, dejo de decir: "No se preocupe", y comenzó a gritar con toda la fuerza de sus pulmones: "¡Mi Meír! ¡Mi Meír!, mientras los vecinos trataban de calmarla.

Cuando se trata del hijo de otra persona, podrías decir con indiferencia: "No se preocupe"; pero cuando esté involucrado un hijo tuyo, habrás de gritar.

Debemos esforzarnos por preocuparnos por el sufrimiento de nuestro prójimo, de la misma manera que reaccionaríamos cuando padecemos nosotros de determinada aflicción. Para poder llegar a este nivel, uno debe primero entrenarse en hacer todo lo que pueda para ayudar a aquel que esta sufriendo y orar por su bienestar. De esta manera sus acciones habrán de influir en sus emociones.

El mandamiento de amar a tu semejante puede ser cumplido en todo momento, en cada segundo del día. Cada favor o cada acto de bondad que hagas para el bien de alguien, constituye un cumplimiento de este mandamiento, que también puede lograrse a través del pensamiento. Cuando te sientas feliz por la buena suerte de alguien, ello constituye un acto de amor por tu semejante. Lo mismo se aplica, cuando alguien este padeciendo un infortunio: si te causa tristeza su sufrimiento, estarás igualmente dado cumplimiento a este mandamiento.

Mediante el correcto cumplimiento de este mandamiento, una persona puede fácilmente acumular en su haber miles y miles de mitzvot.

¿Que estas haciendo con tu vida?

Tal el sencillo y profundo rezo con el cual todos (judíos y gentiles) debíeramos comenzar nuestra jornada.
Muchas son las enseñanzas que íbamos compartiendo con los casi cien jovencitos. Palabra tras palabra, profundizando y elevándonos, dando ejemplos y analizando, hallando caminos para conocer, comprender y cumplir.

Entonces, surgió una pregunta: ¿por qué se denomina aquí a Dios como “Rey”, y no con cualquiera de Sus nombres o roles con respecto a Su creación?
Entre las varias respuestas que íbamos elaborando con los muchachitos, se mencionó el poder absoluto que disponía el rey (el de carne y hueso) en la época que el rezo fue fijado en sus palabras.

Entonces, nos dimos cuenta de que el Rey de reyes, Dios, nos estaba dejando despertar nuevamente con graciosa y compasiva majestad.
En Sus manos está el poder de cancelarnos la vida en este mundo, cuando Él disponga, sin tener nosotros el mínimo derecho a protestar o negociar Su autoridad y elección.
Por eso, cuando nos despertamos a diario, es de gran persona reconocer Su bondad, Su confianza en mí, pues pudiendo matarme Él escogió dejarme con vida.
Y si Él me deja vivir, por algo es; ya que Dios no hace cosas porque sí o por un antojo del momento. Dios no es hombre para dejarse llevar por pasiones o gustos.
Si despierto y vivo es por elección de Dios, que con Su real autoridad decreta que tenga un tiempo más de vida, para hacer algo positivo con la misma.

Ya con esto, nuevamente tenemos una profunda e intensa enseñanza. Podríamos darnos por más que satisfechos con esto.
Pero, del grupo de despiertos alumnos se alzó una voz: ¿si es Dios quien decide cuando dejamos de vivir, cómo se explican los asesinatos?
Realmente, una pregunta brillante para un niño-joven pre-Bar Mitzvá.

La respuesta que brindamos fue simple.
Dios no quiere que el asesino asesine, y eso lo sabemos todo.
No se puede argumentar que el asesino es un instrumento de Dios, un títere que cumple con la voluntad de quitar la vida a aquel que le llegó su hora.
Pero, ¿cómo es que lo sabemos todos?
Pues, porque tanto para judíos como gentiles existe el mandamiento sagrado de no asesinar al inocente.
Algunos no lo reconocen como mandamiento sagrado, sino como ley de la sociedad, o mandato ético, o pauta de vida, o el motivo que fuera.
Pero, para los que anhelamos a Dios y serLe leales, es sabido y comprendido que es un imperativo ético pero al mismo tiempo legislado como mandamiento de origen divino.
Por tanto, Dios ha decretado que la persona viva, por eso le ha dado vida; Dios ha decretado que la persona no muera a manos de un asesino; por tanto, cuando alguien comete un crimen, no es Dios el que determinó el final de una vida inocente, sino que una perrsona rompió el equilibrio cósmico, interrumpió una vida que debía proseguir.
Así pues, quien asesina no solamente está actuando de manera abominable en contra del prójimo, por lo cual es merecedor de los peores castigos de parte del Juez, sino que además deberá ser ajusticiado por quebrar doblemente y voluntariamente la decisión de Dios de que la víctima viva.

Con el mandamiento de no asesinar como ejemplo, se puede extrapolar para el resto de todos los otros mandamientos.

¿Lo entiendes?
Dios dio la ley, marcó el camino, determinó los límites, para que el mundo anduviera de acuerdo al Plan de Dios.
Si las personas acatan los mandamientos (los Siete Universales para los gentiles, los 613 de la Torá para los judíos), entonces el Plan de Dios se cumple a la perfección y podríamos vivir en un verdadero paraíso terrenal.
Pero, cuando la persona quiebra alguno de los mandamientos, está rompiendo el equilibrio del cosmos, está corrompiendo la armonía universal, está sometiendo al Plan a una alternativa que no estaba determinada por Dios.
Esto genera conflictos, dolores, angustias, malestares, alteraciones, y muchos etcéteras más que son pesados y terribles.
Es por ello que existen las justas retribuciones divinas (castigos, como se les suele llamar), que son modos de compensar el desequilibrio.
Existe también la “teshuvá”, el arrepentimiento sincero, que procura reencaminar por la senda adecuada los asuntos.

Así pues, para conseguir un mundo de Shalom, cada cual debe conocer sus mandamientos que le corresponde y cumplirlos cabalmente. Sin excusas, sin dejarse llevar por el EGO, sin aditamentos fatales.

Unas últimas aclaraciones.
Por supuesto que Dios es todopoderoso, pero Él limitó Su poder para darnos oportunidad de vivir realmente con libre albedrío. Por tanto, quien quiebra un mandamiento no lo hace llevado por el destino, ni es por obra de Dios, sino que es su propia responsabilidad.

Por supuesto que los “pecados” de las personas y sociedades a simple vista parecen entorpecer el Plan de Dios, llevarlo por otros carriles, en apariencia someter al mundo a un estancamiento o alejamiento de “la” meta a la cual Dios quiere que lleguemos. Es así, pero el Plan de Dios se cumplirá finalmente.

Por supuesto que nada de lo que hagamos o dejemos de hacer afecta a Dios o Lo cambia o Lo anula o Lo imposibilita, Él está absolutamente más allá de toda interferencia o accidente. No vive en nuestra realidad, no es afectado por tiempo, espacio o accidentes. Lo que hacemos de acuerdo a nuestro libre albedrío es nuestra obra, pero nada sorprende a Dios, nada lo hace cambiar, nada lo mueve a nada… aunque a veces lo digamos así o lo pensemos.

Finalizando, cuántas cosas tan profundas y elevadas es posible estudiar cuando la persona es humilde, receptiva, sincera, respetuosa, anhelante del saber.

La Torah llena de codigos

la Torá contiene códigos basados en la cuenta de cierto número de letras para formar palabras, lo que prueba que la Torá es divina. A continuación, un ejemplo: “Y el Señor dijo a Moshé: ‘… a fin de que se multipliquen Mis maravillas en la tierra de Egipto [lemaan rabot moftai beeretz Mitzraim]” (Shemot, 11:9). Las iniciales de las cuatro últimas palabras en hebreo son: Reish Mem Bet Mem - ‘Rambam’ [Maimónides]. Si comenzamos con la Mem de Moshé y contamos 50 letras hacia adelante tres veces, obtenemos las letras: Mem Shin Nun Hei - que forman ‘Mishná’. Si contamos otras 613 letras [el total de los preceptos: ‘Tariag Mitzvot’] y luego volvemos a contar de a 50 letras obtenemos: Tav Vav Reish Hei - ‘Torá’. Obtenemos entonces: Rambam cuya obra principal fue el ‘Mishné Torá’ que describe las ‘Tariag Mitzvot’. De este modo, se encontró también la fecha de fallecimiento de los grandes rabinos de Israel. ¿Cómo debemos considerar estos métodos?
Respuesta: Debemos analizar el tema desde tres aspectos: a) como un comentario de la Torá; b) como un asunto científico; c) como una prueba que la Torá es divina.
a) como un comentario de la Torá - un comentario no exige la aprobación de los científicos. Todos los comentarios son aceptables. Incluso la Guematria [el valor numérico de las palabras] constituye un comentario válido. Si bien no siempre es convincente, no busca convencer sino comentar.
De este modo, los códigos constituyen también un comentario. Los sabios medievales no siguieron este camino, en sus escritos encontramos tan sólo indicios de este sistema. Por ejemplo, Rashí deriva el nombre de D’s de 72 letras a través de la manipulación de ciertos versículos de Bereshit, cada uno con 72 letras (Sucá 42a; Zohar).
El Rambán escribe que antes de revelación en el Sinaí (Maamad Har Sinai), la Torá no tenía pausas, las palabras no estaban divididas (ver la Introducción a su Comentario de la Torá). Esta situación no permite el análisis de códigos. Rabeinu Bejaiei escribe que el nombre divino de 42 letras puede derivarse del primer versículo de la Torá a través del salto de letras (Ibid). Rabí Moshé Cordovera, por su parte, sostiene que es posible conocer los secretos de la Torá a través del salto de letras, pero agrega que no sabe cómo hacerlo (Pardes Rimonim, Shaar Hatzaruf, Shaar 30, Introducción). De todos modos, estos sabios, no ampliaron en el tema. Sólo en la última generación, Rabí Jaim Mijael Dov Weismandel desarrolló un sistema.
No obstante, como hemos dicho, es posible interpretar de una nueva forma, a condición de que el comentario esté basado en la fe y en el temor a D’s. Evidentemente, existen comentarios más y menos profundos. Además, es claro que esos códigos no le permiten al hombre adquirir gran sabiduría, mas no se debe refutar ningún método, mientras sea puro espiritualmente.
b) como asunto científico - evidentemente debemos analizar si es una ciencia válida. Desde hace ya dos años tiene lugar una discusión al respecto. Hay quienes consideran que todo ha sido probado estadísticamente, mientras que otros se niegan a reconocer ese argumento: ya sea eruditos que no entienden de ciencia o científicos que odian la religión.
Por otra parte, hay quienes consideran que se puede encontrar lo que se desee en la Torá si se ajustan los intervalos que se saltan entre las letras. Además, dicen que al establecer parámetros en forma arbitraria, siempre es posible encontrar combinaciones raras y sorprendentes en cualquier libro extenso. Finalmente, concluyen, quienes desarrollaron este sistema no eran científicos. Entre quienes se oponen al método de codificación se encuentran matemáticos religiosos, como el Profesor Hasofer y el Profesor Barry Simon quien ha reunido una lista de 45 matemáticos prominentes (entre los cuales, 10 judíos religiosos), que sostienen que el método de códigos no tiene base científica alguna y su concepción es errónea (ver en la Internet).
Humildemente quisiera señalar que no soy matemático ni puedo expresar mi opinión al respecto. Si bien en mi juventud estudié matemáticas, un poco de estadística y probabilidades, pero no en un nivel que me permita determinar entre los diversos argumentos. Puedo únicamente expresar una observación general acerca del pensamiento científico. Los fundadores del método de códigos descubrieron en la Torá diversos acontecimientos, tales como la fecha de la muerte de Rabinos importantes, pero reconocen que son incapaces de predecir el futuro. Esto destruye la base científica del método puesto que ¿qué es una ciencia? - la ciencia es el examen de los hechos y el hallazgo de leyes generales que los expliquen. Para que sea posible examinar la verdad de una teoría, debe ser posible ponerla a prueba. Es decir, proponer un experimento cuyos resultados aprueben o refuten la teoría. Mismo si traemos varias pruebas que la confirman, no garantizan su veracidad. Si un hecho la refuta, es suficiente para poner en duda la fuerza de su validez de presentar una explicación general. Por lo tanto, si una teoría se refiere únicamente al pasado y propone explicaciones a hechos que ya tuvieron lugar, destruye toda posibilidad de refutarla y, por lo tanto, de discutir acerca de su veracidad.
Quisiera además señalar que es sabido que existen diversas versiones de la Torá con pequeñas diferencias. Rabí Akiva Eiguer presentó una lista de las diferencias entre las versiones, que incluyen las diferencias en el Libro de Bereshit (Rabí Akiva Eiguer acerca de Shabat 55b). Rabí Shalom Sternberg, profesor de matemáticas, escribió que los códigos que funcionaban en una versión, no correspondieron en otra (Ver en Internet sobre este tema).
c) como prueba del origen divino de la Torá - Esto nos conduce a la pregunta si el método de códigos sirve como prueba del origen divino de la Torá. Al respecto, quisiera hacer tres observaciones:
1. Evidentemente, en primer lugar debemos demostrar en forma absoluta la veracidad del método puesto que es controvertida. Aún más, para determinarla, hay que poder comprender cálculos estadísticos complejos, lo que nos conduce a plantear otra pregunta: ¿cómo es posible que para convencerse de la veracidad de la Torá sea necesario ser un gran matemático? ¿acaso la Torá no fue entregada también al pueblo simple?
2. Por lo tanto, el empleo de los códigos para convencer a la gente acerca de la veracidad de la Torá constituye un error estratégico. Si alguien se volvió religioso debido a una demostración con los códigos y descubre luego que el sistema en sí es dudoso, es posible que por ese motivo todo su sistema de creencia se desmorone. Rabí Saadia Gaón escribió que uno de los motivos de herejía es la existencia de argumentos débiles en favor de la fe.
3. Incluso si se determina que existen en la Torá códigos de prueba lógica absoluta, tenemos mucho más que eso. A fin de cuentas, la fe es mucho más elevada que la razón y la ciencia. No nos oponemos a pruebas científicas, pero son bastones necesarios para apoyar un asunto que renguea.
Un Intelectual y religioso, un gran conocedor de la filosofía, tradujo ciertas pruebas de la existencia de D’s de la filosofía gentil y pensó que había aportado una gran contribución. Sin embargo, Rabí Abraham David Rabinovitch Teomim [el Aderet], el rabino de Jerusalén, rechazó su camino. Dijo: ‘la existencia de D’s no necesita pruebas. Si es necesario probar algo, señal que es dudoso, como está escrito en el Talmud de Jerusalén: “Cuando algo es ilógico, se presentan numerosas pruebas” (Yerushalmi, Brajot, 3).
Si alguien construye su edificio religioso en base a pruebas de la razón, su conexión con la Torá y la fe en el Todopoderoso será también intelectual. En cambio, la fe significa sentir que se es parte de algo que es vital y significa estar dedicado. Para esa fe, el hombre debe estar dispuesto a sacrificarse. Esta es la diferencia entre el “D’s de Aristóteles” que emerge de las pruebas intelectuales, un D’s que es frío y abstracto, general y distante; y el “D’s de Abraham” que está “cerca de todos quienes le llaman sinceramente” (Salmos, 145).
Asimismo, existe una diferencia enorme entre “el D’s de los números” y el D’s viviente, Rey del Universo, el redentor poderoso que vive entre nosotros: “Adon Olam, Señor del Universo. Quien reinó antes de toda creatura…Y es mi D’s… La fuente de mi vida, mi Redentor, es mi salvación en tiempo de dolor…En sus manos, coloco mi espíritu, Y con mi alma y mi cuerpo,….El Señor está conmigo y no temeré.”

La Profecia

Sólo el Creador puede predecir lo que deparará el futuro, "pues sólo Él hizo, hace y hará todas las cosas".

El hecho de que tantas profecías bíblicas se hayan vuelto realidad nos demuestra que fue Di-s Quien las pronunció. Su cumplimiento es muestra cabal de que el Creador es el Unico que guía al mundo y lo controla.

Es precisamente la Torá la que describe el método con el cual se prueba a la persona que afirma ser profeta (Devarim 18). Esta es una prueba fehaciente de la veracidad de la profecía.

El Tanaj, nuestra Biblia, es la base misma de la fe judía y contiene profecías acerca del futuro que fueron registradas hace miles de años. Entre ellas encontraremos hitos fundamentales de la historia del Pueblo judío a lo largo de un período de tres mil años, desde el momento en que nos convertimos en una nación hasta nuestros días. Es así como el Tanaj contiene en sí mismo la evidencia de su propio origen Divino, y en consecuencia obliga a toda persona pensante a sacar sus propias conclusiones.

En su surgimiento como nación, el Pueblo judío experimentó la guía de la Providencia Divina. La intervención Divina en los asuntos humanos era manifiesta y tangible. Toda la nación vio con claridad cómo Israel tenía un Di-s.

Pero cuando los judíos comenzaron a desviarse de los caminos de la Torá, la guía Divina adoptó una modalidad diferente, se volvió oculta y encubierta, tal como nos dice la Torá: " "Ese día se encenderá Mi cólera contra ellos y los abandonaré y les ocultaré mi rostro" (Devarim 31:17). Con la llegada de "ese día", el aspecto milagroso de la abierta intervención de Di-s en nuestra historia llegó a su término, para ser reemplazado por una intervención encubierta en el destino del hombre. Esta Providencia encubierta deja lugar al error y las dudas, porque nos da la apariencia de que, Di-s no lo permita, El ha abandonado a Su Pueblo.

A decir verdad, no ha cesado la compasión de Di-s para con nosotros.

Los judíos recibieron cuatro garantías Divinas. Estas, junto con la redención, nos han proporcionado las fuerzas necesarias para sobrellevar los sufrimientos y las privaciones que nos han acosado durante el largo y amargo galut.

Una de estas promesas es que el pueblo judío durará eternamente. Esta gran promesa de existencia eterna para la nación judía constituye uno de los pilares fundamentales de la Torá y la Fé judía.

Di-s hizo un pacto con Su pueblo, prometiéndoles que perdurarían por siempre, y que sus enemigos jamas lograrían destruirlos por completo.

" Es que ni siquiera por todo eso, cuando estuviesen en tierras ajenas, los desecharé totalmente ni Me dejaré llevar por Mi ira para anular mi pacto con ellos, por cuanto Yo soy su Di-s el Eterno" (Vaikrá 26:44)

A pesar de todas las persecuciones que sufrió la nación judía, pudo seguir adelante, incluso disperso por todos los confines de la tierra. Racionalmente es difícil comprender la supervivencia judía a lo largo de la historia.

La materialización de estas promesas absolutas hechas por Di-s a Su pueblo es una de las más increíbles maravillas y milagros de la historia de la humanidad. Israel es un pueblo de la antigüedad, que se transformó en nación hace más de tres mil años. Ellos solos, de todos los pueblos de la antigüedad, sobreviven hasta el día de hoy con su carácter nacional y su propósito intacto, a pesar del exilio y a pesar de haber perdido su soberanía (durante la mayor parte de su existencia) de Eretz Israel.

Este sorprendente fenómeno resulta mucho más significativo si recordamos el amargo y prolongado exilio que ha soportado nuestra nación. Durante este mismo período, las naciones vecinas sufrieron altibajos, se confederaron y se desbandaron, alteraron sus caracteres nacionales a través de la asimilación y la conquista, hasta que por fin naciones enteras desaparecieron de la faz de la Tierra. Unicamente la nación judía ha conservado su fe y su religión intactas. Además, las distintas comunidades judías, a pesar de estar dispersas en todas direcciones, siempre mantuvieron un lazo cohesivo que las unía.

La continuada supervivencia del Pueblo judío es verdaderamente paradójica, especialmente si consideramos que jamás ha habido una generación que no haya enfrentado algún enemigo decidido a destruirlo físicamente, como en el caso del Holocausto Europeo, o de borrar los últimos vestigios del estudio y observancia de la Torá como en el caso de los países detrás de la Cortina de Hierro, hasta no hace mucho tiempo.

Bajo tales circunstancias, no había forma natural de que el Pueblo judío sobreviviera, si no hubiera sido por el hecho de que, tal como lo dice la Hagadá "El Santo Bendito Sea nos rescata de sus manos". Solo la Divina Providencia pudo preservar nuestra nación a través de las generaciones desbaratando los designios diabólicos de quienes se alzaron para destruirnos.

Si tuviéramos que describir todos los peligros que asediaron al Pueblo judío a lo largo de su historia, no terminaríamos nunca. No existe período que no contenga una extensísima crónica de victorias y rescates milagrosos con que Di-s nos salvo de nuestros opresores y potenciales asesinos.

En tales circunstancias, la existencia continuada del Pueblo judío constituye un enigma, que no tiene explicación en las causas naturales.

La única explicación para su rescate esta en la mano extendida de Di-s, que se revelo en estos períodos cuando Él intervino en el curso "natural" de la historia para moldear el panorama de la historia mundial, en conformidad con Su promesa de que Israel y su Torá perdurarían por toda la eternidad.

¿Quienes somos?

La primera pregunta que debería resonar en nuestras mentes es ¿quiénes somos?¿cuál es nuestra esencia? El conocernos mejor a nosotros mismos, nos permitirá llevar una vida más feliz y sabremos aprovechar mejor nuestro tiempo.

Cuando Adam Harishón comió del árbol de la sabiduría, se escondió, porque se dio cuenta que había pecado. Había desobedecido el único precepto que Di-s le había dado. En ese momento Di-s le pregunto: "¿Dónde estas?"¿ Qué quiso decirle con esta pregunta? ¿Acaso Di-s, Todopoderoso, no sabía dónde estaba Adam? Evidentemente que si lo sabía. Lo que en realidad Di-s le cuestionó a Adam era en que categoría espiritual estaba respecto de las demás criaturas. Si verdaderamente hubiera pensado en quien era, no hubiera pecado. Así como esto es lo primero que Di-s cuestionó al hombre, así debe hacer eco en nuestras mentes el hecho de indagar sobre nuestra esencia.

Encuentra tu verdadero tú

Señalate a vos mismo. Si sos una persona promedio, apuntarás hacia tu pecho con un dedo, debido a que te consideras a vos mismo como si fueras tu cuerpo. Pero ¿Pero es tu cuerpo realmente vos?

No hace mucho tiempo, una persona podía considerar a su propio cuerpo como una parte integral de sí mismo. Pero el progreso científico ha modificado completamente el concepto de la personalidad humana y de la identidad. Los transplantes de corazón son hoy en día un acontecimiento casi común, el cual no ocupa más los titulares de los diarios. Un hombre puede vivir con el corazón de otra persona latiendo en tu pecho. Si le pedimos a este hombre que se señale a sí mismo ¿Señalará él su corazón? ¿Es este corazón transplantado realmente parte de él? ¿Es el corazón que late dentro de tu pecho el verdadero vos? Investigadores están prediciendo que en las próximas décadas los transplantes de cerebro serán posibles. Esto nos forzaría a reevaluar completamente el concepto de la personalidad humana.

Imaginemos lo que seria experimentar un transplante de cerebro. Un hombre podría estar sufriendo de una enfermedad corporal incurable, pero todavía tener un cerebro sano. El donador, por otro lado, podría haber sufrido un daño cerebral irreparable, pero seguir teniendo un cuerpo perfectamente sano. Si el cerebro es removido del cuerpo enfermo y colocado en uno saludable ¿Quién es el nuevo hombre?

Tenemos aquí un cerebro viejo con todas tus memorias, características de personalidad y patrones de comportamiento en un nuevo cuerpo. ¿ Quién es en realidad él, su cuerpo o su cerebro?

¿Quiénes somos realmente nosotros? Nosotros no somos ni nuestro cuerpo, ni nuestro cerebro, sino la información contenida en el mismo, nuestras memorias, características, personalidad.

Nuestra existencia no esta limitada a lo físico sino que va mucho mas allá de ello. Al crear al hombre, Di-s insuflo en el un espíritu de vida. Como dicen nuestras sagradas escrituras: "Entonces El Señor Di-s formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló e n su nariz el aliento de vida"(Génesis 2:7). Nuestros sabios nos dicen que la Torá utiliza la expresión "sopló" debido a una razón muy especial. Así como la respiración humana proviene de las cavidades internas del cuerpo, así el alma humana proviene de las profundidades más recónditas de lo divino.

Este espíritu de vida es el alma, ni más ni menos que una parte de Di-s. Él nos creó por encima de todas las criaturas y nos cedió la capacidad de imitarlo y lograr apegarnos a Él Di-s creó el mundo de tal manera que el hombre pudiera acercarse a Él y tener parte de su esencia. Por supuesto que no hablamos de la proximidad física, sino de la proximidad espiritual, que implica el conocimiento y la comprensión de Di-s, así como la imitación de Él en la medida de lo posible.

La vida del alma

Todas las fuerzas del espíritu son activadas por nuestro yo interior, que es independiente de nuestro cuerpo y sentidos. Estos solo sirven como instrumentos para percibir nuestros deseos interiores y cumplirlos. Algo dentro de nosotros determina qué es verdadero y qué es fraudulento, qué es honorable y qué- malo, inicuo y ruin. Ese "algo" es el alma.

El alma es autómata. Solo su existencia independiente puede explicar su buena voluntad de actuar en oposición a los intereses del cuerpo en el cual reside. Puede mover a una persona a realizar sacrificios increíbles. Un fenómeno como éste no se da en el mundo natural y se opone a cualquier ley de la naturaleza. Esta actúa usualmente, del modo más directo y efectivo para asegurar la supervivencia o el mejoramiento. La naturaleza nunca se destruye o contradice a sí misma. El hombre es la única criatura capaz de actuar conscientemente en oposición a los intereses de su cuerpo y de su bienestar material. Un acto como este debe de ser dictado por una fuerza independiente que rige al cuerpo, el alma.

El alma, dado que es espiritual y existe en forma independiente, no está sujeta a las leyes de la materia. Por lo tanto, nuestro conocimiento de la existencia del alma implica la certeza de su continuada existencia después de la muerte, ¡Vida después de la muerte! La continuada existencia del alma después de abandonar el cuerpo es lo que llamamos "olam habá" o mundo venidero. En él, el espíritu puede lograr un grado de devoción a Di-s, que no es posible alcanzar mientras está ligado a su cuerpo.

En realidad, el período durante el cual el alma reside en el cuerpo es de importancia fundamental, como que ello determina el destino del alma en el mundo venidero y por siempre. Este es todo el objetivo de nuestra vida en este mundo. Es debido a la misericordia de Di-s para con Sus criaturas que se nos da la oportunidad de merecer Su eterna merced por nuestras acciones y libre albedrío- En esto estriba la enorme importancia de nuestra vida en este mundo, la que impulsó a nuestros sabios de bendita memoria a decir que "una hora de arrepentimiento y buenas acciones en este mundo es mejor que todo el mundo venidero" (Pirké Avot IV), pues solo en este mundo una persona puede ganarse el crédito que lo habilite para la vida eterna en el venidero.

Di-s creó el Universo como un acto de amor. Fue un acto de amor tan inmenso que la mente humana no puede siquiera empezar a imaginarlo. Di-s creó al mundo, básicamente, como un vehículo sobre el cual Él pudiera conferir su bondad. No existe algún bien más grande que el alcanzar un grado de unidad con el mismo Creador. Por esto, Di-s le dio al hombre la habilidad de semejarse a Él.

¿Amuletos?

Desde finales del siglo dieciocho, durante el siglo diecinueve y gran parte del siglo veinte prevalece, en el mundo desarrollado, el modelo racional. Especialmente, la ciencia es considerada como tema central y se relega lo espiritual.

En dicho período, todo lo que se consideraba irracional era descalificado. Sin embargo, en la época actual vuelven a tener auge los temas relacionados con el ocultismo, espiritismo y los poderes parapsicológicos.

En verdad, el hombre en ningún momento se ha alejado de esos asuntos, que siempre lo atraían a través de todo lo desconocido del mundo espiritual.
Así tenemos la demoniología, el ocultismo, la levitación, la magia, la brujería y otro tipo de disciplinas esotéricas que tienen entre nosotros una presencia más cotidiana.

Por supuesto que una cosa es el Occidente y otra distinta lo que aconece en otras partes del mundo. Si nos remitimos a los eventos que transcurren, por ejemplo, en el África podemos notar la diferencia.

Danza terapéutica

Una ceremonia muy común en algunas sociedades africanas, es el ritual en el que los negros africanos cantan y danzan alrededor de un hombre atado de pies y manos a un mástil. Éste tiene su cuerpo pintado con una sustancia extraña, grita y llora. Sus compañeros danzarines, van echando tierra hacia atrás y también ceniza sobre el cuerpo vivo del compañero atado al mástil.

Nuestra interpretación, la de los hombres occidentales, es que se está castigando y torturando a ese hombre. Sin embargo, no es así.
No actúan en contra de su voluntad, ni quieren hacerlo sufrir. Si indagamos en el significado de la ceremonia, sabremos que se lo hace sufrir sólo para extraerle un espíritu demoníaco que habría ingresado a su cuerpo.

La danza tiene la misma intención que cuando en el mundo altamente civilizado, un médico inyecta una sustancia en el cuerpo de un hombre con un padecimiento.
No sólo en el África

Hay costumbres milenarias, nacidas en la mesopotamia y trasladadas al África. Son incluso ceremonias que se originan en tiempos anteriores a la aparición del judaísmo. Pero estos actos no sólo ocurren en el corazón de la jungla africana; también los podemos ver en pleno Occidente: en Nueva York, en Jerusalem o en Buenos Aires. Hoy los periódicos de nuestra ciudad tienen su sección que ofrece servicios de limpieza de demonios y de limpieza espiritual en nuestros propios hogares o en nuestros propios cuerpos.

Nos proponen quitarnos de encima presuntas influencias malignas. Es un servicio que tiene su costo: cada vez que nos lo prestan, nos lo cobran.
En una ocasión, un periodista norteamericano se propuso investigar para conocer de cerca el modo de trabajo de los distintos curanderos, magos y brujos. Así, llamó aproximadamente a una quincena de estos 'profesionales'. En todos los casos, le decían que aún quedaban resabios -en su cuerpo o en su casa- de influencias malignas. Se aseguraban así nuevas consultas y el correspondiente pago de honorarios.

Hay mucha gente que tiene problemas y estos individuos inescrupulosos se aprovechan de eso. Lo cierto es que cada día tenemos más estrés, más ansiedad y nuevos conflictos; anhelamos soluciones que tardan en llegar. Esto lleva a mucha gente a la búsqueda de soluciones mágicas. En ocasiones, sucede frente a situaciones a gente, también en nuestro medio presuntamente racional y no de ideas animistas como el que prevalece en el medio africano que describimos más arriba.

La perspectiva judía

¿Qué dice el judaismo al respecto? ... ¿se puede o no confiar en ello? ... ¿es verdadero o falso? ... ¿está prohibido? Vamos a ver qué dice el punto de vista judío. Los temas del ocultismo, la magia y la brujería abarcan muchas áreas distintas.

Si por ejemplo, nos remitimos al Tratado del Sanhedrín vemos que allí se comenta que para ser miembro de este antiguo supremo tribunal judío, había que ser un experto en todo lo que son las técnicas de la brujería y del ocultismo. Porque los jajamim -sabios-, tenían que juzgar a los que practicaban la brujería o la hechicería. Dado que uno no puede juzgar a alguien sin conocer las técnicas que utiliza.

Nuestros sabios eran expertos en las técnicas que empleaban brujos y hechicheros; éstos eran los hombres que acudían a los espíritus de los muertos.
Este tema ha originado en algunos, una gran confusión. Por lo tanto, es preciso aclarar: por un lado la Biblia condena terminantemente la práctica de la brujería y de la hechicería, de la magia y de la adivinación. La Torá condena todo eso, y algunas de esas prácticas está incluso condenada con la muerte.

Pero por otro lado, se nos presenta un dilema. Hay gente en la práctica del judaísmo -incluso en Buenos Aires, pero sobre todo en Israel-, que pueden ser observantes o aun llamarse rabinos pero sugieren al visitante con problemas y conflictos, realizar actos de ocultismo. O le venden un amuleto. O le prescriben ciertas actitudes para curarse de una enfermedad, encontrar una pareja o mejorar sus asuntos comerciales.

Esto es una contradicción con lo que prescribe la Biblia. Especialmente de parte de aquellos que son rabinos o que se presentan como tales.
Hay temas parecidos, como la Kabalá, el mal de ojo o la reencarnación.

Invocando poderes

Es decir que, en el caso de estas personas con presunta autoridad en temas judaicos, invocan poderes especiales para lograr que los fieles que llegan con dolores y desesperanza, alcancen la mejoría anhelada.

Debemos dividir esto en dos partes: una es el ocultismo en general y la otra, la que hace a la preparación y utilización de amuletos de buena suerte.
De estos últimos se conoce cotidianamente que alguna gente utiliza una cintita roja en el auto, otros un ojo celeste en el bolsillo y algunos una tira de ajo ubicada en el ángulo del frente de su tienda. Son para erradicar los espíritus malignos y el mal de ojo, entre otras cosas.

A su vez, los judíos llaman Kemiot a los amuletos de buena suerte o de erradicacion de males. Y Segulot son los actos o ceremonias cuyo objetivo es provocar un beneficio o repeler un perjuicio que tememos.

Idolatría

¿De dónde surge todo esto? En primer lugar, debemos situarnos en la época previa a la aparición del judaísmo. Había entonces, entre los primeros hombres que poblaban el planeta, una concepcion idólatra. Allí nacen los ritos que aun hoy perduran entre los africanos.

Antes de que Dios haya revelado su magnificencia al hombre a través del pueblo judío, el hombre se había descarrilado del sendero divino.

Búsqueda de la protección

No obstante, aun aquellos hombres tenían también la sensación de Dios incorporada dentro de sí. El hombre necesitaba creer en algo supremo. No podía vivir sin la concepción de un ser supremo o poderes que estaban sobre él. Esto es algo que de alguna manera perdura hasta hoy. Necesitamos siempre tener alguien que tenga sobre nosotros un efecto de protección. El niño necesita a su padre o a su madre, la madre necesita a su marido; marido y mujer juntos necesitan a sus suegros, su maestro, o su amigo.

El hombre que no puede volcarse en los brazos de alguien se siente desesperado, no tiene en quién confiar. Y estos últimos son los casos de hombres o mujeres que en los momentos de conflicto caen en la desesperación, porque no tienen con quién hablar y les falta quien los proteja y los cuide.

En este aspecto, aquel que confia en alguien superior -sea su padre, su maestro, su vecino o su abuela- puede, frente a un problema que siente que lo supera, volcarse en los brazos de quien considera su protector. En cambio, aquel que siempre decide y no tiene que consultar cuando tiene un problema corriente, frente a una situación que lo excede se siente desesperado porque no sabe a quién recurrir.

Nuestra psicología es en esto análoga a la de los africanos o a la de los hombres cercanos a adam HaRishón (el primer hombre).
En los tiempos primitivos, sin ciencia ni medicina ni tecnología, todo resultaba extraño y eso generaba miedo. Al vivir en un ambiente extraño, de la psicologia interior del ser humano comenzó a florecer la adoración a seres supremos.

Adorando astros

En un principio, cuando apenas fue creado el mundo, los hombres adoraban a D"s. Pero como D"s no se ve ni aparece ni se revela, como no habla y no se toca, fueron ganados por el desconcierto. ¿Qué era en cambio lo que se veía? ... Se veían las estrellas, el sol y la luna.

Y éstos fueron los primeros elementos idólatras y paganos que aparecen en el hombre. Los seres humanos se descarrilaron y comenzaron a adorar a los astros, a los que veían fuertes y grandes. Entendían que la tierra y el mundo dependían de ellos. Podían captar que el sol daba calor, hacía crecer las plantas, modificaba el clima de la tierra. Y empezaron a creer en los astros como dioses.
Comenta el Rambam en la Guía de los Perplejos, que a través de la imaginación comenzaron a invocar a esos dioses. En un principio realizaron sacrificios de seres humanos, luego de animales y plantas. Todo ello acompañado de ofrendas y ritos extraños.

Nació así el paganismo en la forma de la astrolatría -adoración de los astros.
La brujería, justamente, nace luego como derivación de ésta. Se trataba entonces de invocar a los seres supremos para erradicar el mal o atraer el bien. Pero estos seres supremos no tenían porqué ser buenos. En cambio hoy, cuando hablamos de D"s, nosotros pensamos que tiene que ser bueno o misericordioso.
El astro o la estrella que se adoraba no tenía porqué ser bueno a los ojos de los hombres. Entre los dioses griegos incluso, había dioses buenos y había dioses malos. Los dioses se casaban, cometían adulterios, tenían hijos. El Olimpo era una especie de sociedad contemporánea, pero con dioses que se engañaban, se mataban, entraban en guerra, etcétera.

Los malos vecinos

Entonces no solamente se invocaba a los dioses para que la próxima cosecha sea buena; la invocación y ritos a los dioses se hacían también, por ejemplo, para concluir con las osadías de un vecino molesto que por las noches hacía sonar un instrumento musical y no dejaba dormir. Si éste se negaba a deponer su fastidioso comportamiento, había también una razón para invocar a los dioses o seres supremos para que un mal caiga sobre ese molesto vecino.
Estas prácticas que nacieron aún antes de la aparición del judaísmo, tienen también vigencia hoy en día.

Así, hay gente que cree que recibió una maldición o que le han tirado un 'mal de ojo'. Una mujer puede suponer, por ejemplo, que su amiga -que no tiene hijos- la envidia porque ella sí los tiene ... Y que esa envidia se expresa en un 'mal de ojo' para el que debe organizar alguna forma de conjuro de espíritus.
Lo cierto es que los astros no son dioses ni tienen poder alguno. La brujería, el ocultismo y el espiritismo son tan falsos como los dioses que invocaban.


Origen (según Maimónides) de los tres poderes esotéricos:

1- Astrolatría
2- Excusa para el libertinaje
3- El 'shefa elokuí'

No existen otros dioses

1. Astrolatría

No es que en el judaísmo la idolatría exista pero está prohibida. Ni existe ni está autorizada. Lo mismo sucede con la brujería.
Pese a que ciertos pensadores judíos hablan de la brujería o del ocultismo como algo real, el judaísmo no los considera tal cosa.
Basados en el espíritu del pensamiento de Maimónides, aclararemos esto. La Torá es muy clara cuando prohibe adorar a otros dioses; hay quienes creen que de esto se puede inferir que existan otros dioses. Pero no es así. Solamente dice que está prohibida la adoración a otros dioses, que no existen.
No significa que el idolo exista, sino que el acto está prohibido.

Lo mismo acontece con la brujeria. Cuando la Biblia dice que está prohibida, no significa que existan otros poderes. Pero sucede que hay pensadores dentro del judaísmo que están influenciados por otras religiones -el islam, el cristianismo-, por lo que plantean la existecia de las fuerzas del bien y de las fuerzas del mal. Pero es un error. Para el judaísmo no hay tal cosa. Hay una sola fuerza, que es la fuerza de D's. El mal está en nosotros: si nosotros queremos, hacemos el bien; cuando queremos, hacemos el mal.

Está prohibido el acto de la brujería. Éste no va a tener ningún resultado. Si alguien, por ejemplo, decide hacer un hechizo. Supogamos que toma un muñeco al que le da la forma de aquella persona a la que quiere perjudicar. Y pronuncia presuntas palabras mágicas -como la célebre 'abracadabra' y otras- para luego tomar un un cuchillo o una aguja y clavarlo al muñeco, esto no traerá ningún resultado.

Eso no hace ningun efecto, pero la realización de este acto está prohibida. ¿Porqué? Porque alguien puede decir que fue a un mago y lo curó. Toda enfermedad tiene dos resultados posibles: o se soluciona o no se soluciona. Cuando uno va a un curandero o mago, tiene también dos alternativas: o se soluciona o no se soluciona su problema.
Si se llega a solucionar uno atribuye la curación al acto de la brujería; pero no es así. Si se curó es independientemente del acto. El acto en sí está prohibido porque fomenta la idolatría. No porque sea un poder, sino porque a partir de ahi ese individuo comienza a creer en eso, es decir que se inicia en la idolatría.

2. Excusa para el libertinaje

Según el Rambam había otro elemento que fomentaba la idolatría. El Rambam leyó muchos los libros de ese género, y encontró en la descripción de un hechizo que los hombres se visten de mujeres y las mujeres se visten de guerreros. Eso tenía la intención de corromper carnalmente la ciudad. Pero como se hacía junto a la invocacion de los espíritus -a quienes se atribuía la transformación sexual- , era como un permiso obtenido para cometer todo tipo de orgías.

3- El 'shefa eloquí'

Todo ser humano tiene la posibilidad de recibir un 'shefa eloquí', o sea, una emanación divina. Es un mensaje divino, un código, un presentimiento, una sensación que no viene de nuestro interior sino que viene de arriba. Esa emanacion que eventualmente podemos recibir, tiene tres formas de ponerse de manifiesto. Eso va a depender de la capacidad intelectual y de la capacidad ética de quien la va a recibir.

La emanación divina es como una revelacion de D's hacia el ser humano (hombre o mujer); si el ser humano está preparado intelectual y éticamente en un 100%, esa emanación divina se convierte en profecía.
Nuestros profetas justamente recibían la emanación divina y podían comprenderla en su totalidad, porque su preparación era la adecuada. Es como volcar en su totalidad agua limpia en una fuente limpia. El agua queda tal cual como se recibió.

Si en cambio, en la persona que recibe la emanación divina, la preparación intelectual para la misma, no era adecuada, ya no era profecía.
A su vez, si estaba preparada intelectualmente pero no éticamente, esa persona recibía la emanación y ésta se transformaba en sabiduría, pero no en profecía.
Y cuando la emanación llegaba a una persona que no estaba preparada ni intelectual ni éticamente, dicha persona interpretaba la misma como brujería.
Es decir, que esa persona tiene una sensación particular. El ejemplo típico es el del hombre que sentía una revelación de D"s acerca del sistema de las lluvias. Lo que llegaba a su mente no era ni comprendido ni bien interpretado. Entonces creía que tuvo un presentimiento, que para hacer que caigan lluvias había que efectuar determinados pasos.

Los profetas judios se expresaban con metáforas y alegorías; Por ejemplo, cuando Jeremías habla de la caída de las estrellas, está aludiendo a la caída de las naciones que estaban hostigando al Pueblo de Israel.
Quien no estaba preparado para recibir el 'shefa ha eloquí' tergiversaba y desvirtuaba esta emanancion divina. No sabía que venía de D's. Y realizaba todo un código de normas en función de su incapacidad intelectual y ética.

Dos opiniones sobre las brujerías

Hay dos opiniones en el judaísmo sobre las brujerías. Una, que compartimos, es la de Maimónides, Rabí Saadia Gaón, Rabí Aba ibn Ezra y otros sabios más que son las grandes luminarias del judaísmo.

Éstos opinan que se trata de manifestaciones y actitudes sin ninguna validez y sin ningún poder, pero a pesar de todo la Torá los condena.
Hay otra opinión que, por el contrario, dice que sí tienen cierta validez pero que está prohibido.
Pero si antaño se trataba de ingenuidad por falta de preparación intelectual y/o ética, llegaron en tiempos posteriores los embaucadores. O sea, gente que hizo negocio mediante la preparación de trucos. Hoy en día, el que hace tanto invocaciones a los espíritus como hechizos o brujerías, ya se sabe que es falso.

Mala fe

Hay gente que no puede creer que Dios haya hecho un milagro para que baje la marea y pueda Moisés conducir al pueblo judio a través del Mar Rojo; sin embargo, acuden a un curandero que cobra miles de dólares por hacer una limpieza general de nuestras 'malas influencias' en la casa.

Estos curanderos obran de evidente mala fe. Incluso se descubrió en un caso, en Israel, que uno de ellos había colocado micrófonos en la sala de espera. Y cuando la persona que consultaba entraba a su cuarto, sabía ya qué le estaba pasando ... eso, claro, después de haber escuchado lo que le planteó al secretario en la antesala. De ese modo, el individuo que llegaba -hombre o mujer, joven o viejo- se sentía impactado por el conocimiento que tenía el presunto vidente. Eran trucos y no otra cosa.

Espiritualidad

En Israel hay una gran tendencia a la espiritualidad, lástima que muchas veces no esté bien encaminada. Y hay gente a la que le resulta más atractiva la brujería porque ésta acepta el libertinaje. Y, en cambio, le resulta más dificultoso aceptar lo que dice la Biblia. La gente quiere ahora y ya. Pero la Biblia exige bondad y generosidad. Para el judaísmo, desde la brujería a la parapsicología, se trata de conceptos prohibidos y falsos.

Amuletos

Pasamos así a algo más complicado para nosotros porque está más difundido en el judaísmo, que son los amuletos. Los amuletos consisten en la combinación de los nombres sagrados de D's.

Esto se introdujo dentro de la Kabalá, la que, lamentablemente, está también desvirtuada en el presente. Hoy en día, hay gente que tiene algún problema y va a ver a un vendedor de amuletos. En base a ese problema, éste le va a prescribir un quemía, que es un amuleto. Es un pergamino escrito que nadie entiende y que nadie sabe quién lo ha escrito.
Se supone que es una combinacion con los nombres sagrados de D's.
Esto es una mentira, aunque parte de una plataforma de verdad.

Los nombres de D"s

Veamos hasta dónde llega la verdad y hasta dónde la mentira. El poder que tiene el nombre de D's es todo un tema en la teología divina. Se dice que Moshé tuvo el poder de matar a un egipcio que estaba intentando matar a un judío, y que lo hizo simplemente con el Shem Ha Meforash.

Meforash quiere decir el nombre intrínseco y esencial de D's. Hay un sólo nombre de D's que representa su esencia. El resto de los nombres de D"s son todos representativos de sus cualidades o acciones.

Los nombres con los que habitualmente nos dirigimos a D's, representan sus acciones. No su esencia, que es inconcebible. Por ejemplo, Mashíaj, es D's el salvador. Rajum es D's que se apiada. Janun es D"s misericordioso. Shalom es D's pacífico. A su vez, Elohim, Shofet, Dayan son los nombres que se atribuye a D's por su cualidad de juez.

Todos estos son nombres en función de lo que D's hace y no lo por que es. Hay un solo nombre que representa lo que D's es y se llama Tetragramató, o sea cuatro letras hebreas con las cuales se escribe en la Torá.

La enseñanza

Dice el Talmud que el nombre de D's lo enseñaban los grandes sabios de Israel a sus alumnos más distinguidos o a sus hijos. Lo hacían una vez por semana y a los más destacados por sus cualidades éticas. Ese curso sólo era de un maestro y dos alumnos, una vez por semana. Cuando moría el maestro, uno de los alumnos se transformaba en maestro y enseñaba también en privado a su discípulo.
Era un nombre secreto. Y se enseñaban dos cosas: a pronunciar el nombre de D's y a conocer la esencia de D's.

Sabemos que, los Rollos de la Torá que se leen en el Beit Haknéset -tal cual como los recibimos de Moshé- no tienen vocales ni puntos que las indiquen. Por lo que, cada palabra hebrea acepta allí cualquier vocal.

La enseñanza consistía entonces en decirles a estos alumnos privilegiados con qué puntos se obtiene la pronunciación adecuada para decir el nombre de D's. Quien tiene un jumash, va a ver que cada vez se escribe con distintos puntos y, por lo tanto, se pronuncia distinto el nombre de D's. Por la razón de que no se sabe cuál es la puntuación adecuada. Pero no sólo esto se les enseñaba. También se les enseñaba a comprender la esencia de Dios.

Y hay más: la comprensión del nombre de D's es la comprensión de su esencia. Para quien quiere saber quién es y no lo que hace. La cabalá es justamente la recepción privada de los más grandes secretos del judaísmo. Y lamentablemente esto se perdió. Pero dado que sólo es un conocimiento y no una norma, no es tan grave lo que se perdió. No tenemos el conocimiento pero Gracias a D"s lo que conservó el Pueblo Judío son las normas que debemos practicar.

El camino abandonado

Antaño eran transmitidas las más profundas cualidades de D"s. Aunque, según cuenta el Talmud, con el paso del tiempo algunos de aquellos alumnos se apartaron del camino del bien. Y son los que tenían en sus manos el conocimiento de la pronunciación del nombre de Dios y de su esencia. Pero al descarriar dejaron de ser dignos de portar tales conocimientos.

Y como consecuencia se comenzó a enseñar el Duodeclamatrón, que eran varias palabras combinadas que sumaban doce letras. O sea que el curso se limitó. Era un acercamiento a la esencia de D"s pero no tan profunda como la anterior, porque la misma había sido desvirtuada y mal utilizada.

Invocando a D's

Se empezó entonces a enseñar el último nombre que quedó de la esencia de D's, que son también varias palabras que suman un total de 42 letras. Éste se diluye más y se inclina hacia la profundidad de D's.
Hasta que llegó el tiempo en que se dejó de enseñar tanto el de 4 letras, como el de 12 y como el de 42.

Pero quedó en algunos el conocimiento de eso. ¿Que hacían estos hombres que se descarriaban de la ética judía? Iban y pregonaban al mundo que ellos son los que conocían el nombre y la esencia de D"s; que les bastaba invocar a D"s para recibir de Él ciertos poderes. Empezaron así a engañar a la gente, a quienes les decían: pronuncien tales y tales palabras, que son mágicas. Y que de ese modo se van a solucionar sus problemas.

Después les hacían escribir 42 letras, las distintas tres clases del Shem HaMefurash. Las escribían en pergaminos y se los daban a sus clientes. Todo tipo de combinacion de letras. Con el problema que tenía la persona que consultaba, se hacía una especie de crucigrama. Solamente el que lo escribía, sabía a qué invocaba. Esto era todo falso.

Así, un curso que comenzó históricamente siendo de teología judía terminaría convertido, por los descarriados, en otro de magia negra.
Estos nuevos falsos maestros habían sido alumnos de verdaderos maestros. Se ofrecían para ayudar a los dolidos aprovechando sus antecedentes por haber estudiado con tal o cual gran maestro. Empezaron a sentir cierto poder. Cuando una persona siente cierto poder y que los demás lo necesitan, se corrompe. Y así aconteció en estos casos.

Ellos dejaron libros escritos; pasó el tiempo e incluso rabinos probos y piadosos leyeron esos libros y pensaron que eran verdad. Inocentemente comenzaron a fomentar la utiización de los famosos quemíot.

Delirio de forjadores

Esto lo explica el Rambam en el capítulo 61 del tomo 1 de Moré Nevujim. Leemos allí: '... Ahora bien -le dice al lector- si examinas su esencia exenta y despojada de toda acción, no tiene absolutamente ningún nombre derivado sino tan sólo un nombre individualmente, indicativo a su esencia. No tenemos ningún nombre que no sea derivado -de sus acciones- a excepción del susodicho de cuatro letras que es el Shem Meforash, absoluto.

Ni cabe suponer otro nombre fuera de éste. Sin dar entrada al delirio de los forjadores de quemiot (amuletos) o las que oirás de ellos o hallarás en sus disparatados escritos tocante a nombres pergeñados, carente en absoluto de todo sentido que llaman "Shemot" -Nombres Sagrados- con pretensiones de santidad y pureza y que obran milagros. Todas estas cosas son fábulas, que el hombre perfecto no debería escuchar, cuanto menos creer ... '. Es clara entonces la posición de Maimónides al respecto.

Lo que dice el Talmud

En cuanto al Talmud, debemos aclarar que respecto de las brujerías y demás nunca les adjudicó realidad. Sino que se ocupa de mencionar si tienen o no efecto los actos de brujería y los hechizos. Y dice que no.

En cuanto a lo que hace a los amuletos escritos o quemiot, disgrega acerca de si se puede utilizarlos en un lugar sucio. Los amuletos que se hacían, se colgaban o se cosían en la ropa. Entonces uno no podía cada vez que entraba a un lugar, sea a una curtiembre o al baño a lavarse, sacarse el amuleto. El debate talmúdico era si debía utilizarse o no en un lugar sucio o de feo olor. Esta preocupación se debía a que dentro del quemía estaban escritos los nombres sagrados; eso era una realidad.

Segun la Ley Judía uno no puede entrar al baño con la Biblia en la mano. Ello se considera un desprecio para la Torá y para D's. Por lo que el debate apuntaba a este aspecto, en lo que hace a los nombres sagrados que portaban estos amuletos. Pero los rabinos no aceptaban el presunto poder de los quemíot.

Lo que sucede hoy

Recientemente se dio el caso de una persona con un problema, que para solucionarlo fue a Israel, a ver a un rabino. Éste le dio una mezuzá como amuleto. En la misma, le escribió atrás 'Que se rompa el Satán (demonio)'. Y le indicó que no se le saqué del bolsillo.

Cuando esta persona retornó a Buenos Aires y se dirigió a mí, para narrarme aquello y pedirme mi opinión, le mostré el libro de la Halajá. Es que en las leyes de los fundamentos de la Religión, como dice el Rambam, aquella persona que utiliza uno de los preceptos bíblicos -como es el caso de la mezuzá- para pretender tener buena suerte en algo, lo está usando como amuleto.

Esa persona -así se llame 'rabino' no tiene lugar en el mundo venidero porque convierte la grandeza filosófica del judaísmo en un mero amuleto de brujería y magia. Lamentablemente, hoy en día hay gente que pretende reducir los grandes pilares del judaísmo a un mero hechizo. Es un dolor que nos afecta a todos los judíos, especialmente a los rabinos.

El judaísmo se propone elevarnos y darnos una conciencia de lo que es nuestra vida, nuestra esencia y nuestro universo. No está para ocuparse de pequeñas o grandes desventuras personales. Es una cosmovisión universal que no puede ni debe ser reducida a este tipo de cosas.

En nuestros días vemos que hombres y mujeres padecen de un conflicto interior. Por un lado, reflejan una tendencia espiritual y una búsqueda de lo divino; por el otro, se invoca a D's para tener suerte en el estudio o en un sorteo de lotería. Esto último menoscaba y deteriora aquella tendencia a la espiritualidad.
Hoy en día vivimos muy preocupados y atareados con nuestros propios problemas personales.

En el pasado, las primeras generaciones de nuestro ishuv que llegaron desde Polonia y Rusia, desde Turquía y Siria y desde otras latitudes, eran personas de precaria situación y muchas veces habían tenido que dejar a sus familias en aquellos lugares de origen. Fueron ellos, sin embargo, los que fundaron templos, escuelas, clubes, asilos, hogares de ancianos, cementerios comunitarios. Actualmente si queremos formar una comisión directiva para hacer un acto, no hay quien trabaje.

Sucede que antes había menos individualismo, existía la mancomunión, el concepto de la comunidad y del prójimo. Hoy, cada uno está metido en su propio problema y en sus propias vicisitudes.

La contradicción

Pero por otro lado, aunque parezca extraño y paradójico, la tendencia hacia lo espiritual existe. Sólo que se manifiesta en la proliferación de sectas espirituales de todo tipo. Tenemos hoy, de un lado, el capitalismo, el establishment, el esnobismo, el posmodernismo; y por otro lado, se pondera todo lo espiritual. El concepto del esoterismo fácil e inmediato es lo que tiene más éxito.
Antiguamente, cuando alguna persona (por ejemplo) se lastimaba la mano, la aproximaba a la boca y pronunciaba oraciones de la Torá para su cura. Se llamaban murmuraciones. Esto está completamente prohibido por la Torá.

Búsqueda de la armonía

El judaísmo sabe desde hace 3000 años que la armonía del ser humano es fundamental. Ante una situación conflictiva, en el amor o en el trabajo, sabe que existe una relación intrísnseca entre el estado de ánimo del ser humano y su éxito personal.

Por ejemplo, la persona que está en armonía tiene muchas más probabilidades de tener éxito en el negocio que va a abrir. Dos personas que tienen sus tiendas en la misma calle y atienden en el mismo horario, pueden tener diferente suerte. El que está bien y en armonía tendrá muchos clientes. Quien por el contrario, está conflictuado, no los tendrá. Todo influye: la actitud, la forma de atender, la forma de decorar.

Lo mismo sucede con el éxito de un joven para salir con una chica. O bien en el campo de la salud. Sabemos que enfermedades como la gastritis, las úlceras, las alergias y otras muchas tienen un correlato psicológico. Hoy son muy pocas las enfermedades que no tienen una influencia de lo psicológico.

Tefilín y verdad

El capítulo de las tretas, del que nos ocupamos más arriba, no se agota. En ocasiones se emplea, incluso con la intención de lograr atraer a judíos que se alejaron de las prácticas de nuestra Fe. Así, aparecen aquellos rabinos que se atribuyen poderes especiales, trabajando con un simple vaso de agua y un pañuelo. Aunque en verdad, este último oculta las pastillas incandescentes que suelen aliviar el malestar del consultante.

Esta práctica engañosa debe ser denunciada. No sirve, aunque a través de esto después se ponga los tefilín y cumpla con el Shabat. Es preferible que no cumpla Shabat a que lo haga después de un engaño. Es doloroso, porque eso no es judaísmo. Y cuando se entere de que fue víctima de una mentira, va a sentirse decepcionado y va a dejar de cumplir con las prescripicones.

Mensaje de los Salmos

Lo que hacen actualmente ciertas sectas -fuera del judaísmo- es combinar el ocultismo con el concepto psicológico de búsqueda de la armonía interior. Pero esto tampoco sirve. Nosotros como judíos, por ejemplo, encontraremos la armonía interior en la lectura de los tehilim. Se leen tehilim para cada cosa, porque el mensaje interno de cada capítulo de Salmos nos produce una reacción positiva, lógica y racional en relación al problema que tenemos.

Por ejemplo, aquel persona a quien se le murió un hijo, lee el salmo sobre la muerte del hijo de David. David escribió un capítulo o salmo cuando se murió su hijo Avsalom. Ese salmo trata de dar un consuelo a todo aquel que tenga el mismo padecimiento.

Lo único que puede traernos tranquilidad y armonía espirtirual es el estudio de la Torá, el cumplimiento de las Mitzvot, la comprensión del Shem ha Mefurash -nombre esencial de D's.

El Midrash

El Midrash es una tradición mantenida por los judíos oriundos de Turquía, Rodas, Salónica, Italia, Amsterdam y demás núcleos sefardíes.
Tradición que conservamos hoy en el templo de ACISBA (Asociación Comunidad Israelita Sefardí de Buenos Aires), de Camargo 870, con los judíos oriundos de Turquía. Consiste en que el día del fallecimiento de un ser querido, se recitan ciertos cánticos, estudios y estrofas. No hay invocación a D"s. Es un estudio que se hace en memoria de la persona fallecida.
Nos preguntamos: ¿Se puede hacer un estudio por un muerto? La respuesta es que, en el momento de un aniversario de una muerte, uno cae en un bajón anímico.

Los textos elegidos son entonces aquellos que resultan útiles para honrar al alma del difunto, que existe después de la muerte. Son textos que proporcionan tranquilidad ante la eventual angustia que uno siente al cumplirse una semana, un mes o un año del fallecimiento de su padre o de su madre.
Son formas que tienen un efecto positivo y real ante cualquier conflicto. El estudio y la comprensión de la palabra de D"s nos puede ayudar para que nos vaya bien.

El poder de la Torá

Hay que hacer un contrapeso frente a la sociedad que se está inclinando por métodos de ocultismo y distintas formas de esoterismo.
Profundizar, comprender, estudiar y practicar el judaísmo, eso nos ayuda a mejorar. Lo sostiene el Rambam. La Torá no tiene poderes para curarnos sino que tiene poderes para hacernos entrar en otro estado y en otra dimensión de armonía.

Sólo entonces decidimos, si leemos o no la Torá. Nuestros actos deciden nuestro destino. D"s decide sobre nuestras vidas, cuándo nacemos y cuándo morimos, lo mismo que nuestra configuración genética. Si seremos o no exitosos, depende de nosotros, no nos libremos de nuestras propias responsabilidades.
Muchas veces sucede que no queremos tener culpa. Y responsabilizamos a otros de nuestros fracasos. Por ejemplo, una señorita que estudia e informa a su amiga que está cerca de recibirse. Cree entender que ésta la miró con envidia. Y deduce también que le echará un mal de ojo. Por lo que le irá mal. Es así que malgasta horas yendo a divertirse y no estudia, así finalmente le va mal en el examen. Y se dice a sí misma que fue su amiga quien la había 'ojeado'. De este modo, se miente a sí misma.

Por ello, ya Maimónides advirtió: basta de mentiras. No hay nada sobrenatural más allá de lo que la Torá dice. El Rambam nos explica que aún a los milagros anunciados, también los aguardamos desde el sistema racional de pensamiento. El mundo se maneja con un curso natural. Nunca que hayamos plantado bananas, se cosecharon manzanas. Siempre que plantamos bananas, se cosechan bananas.

No tratemos de salvarnos con algo sobrenatural. Hagamos un trabajo profundo de nuestras vidas, encaminémonos de vuelta hacia la armonía, que nos consume mucho trabajo, lleva mucho tiempo pero al final las satisfacciones y las bendiciones son reales, grandes y duraderas.

El Templo de Jerusalem