Escritos Sagrados (Maimonides)

Si es así, cuál es la explicación de aquello que está escrito en la Torá: "Y percibieron al Dios de Israel, bajo sus pies había algo como un ladrillo hecho de zafiro, como los cielos cuando relucen" (Éxodo 24:10). Y también: "Le entregó a Moisés, cuando terminó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas de testimonio, tablas de piedra, escritas por el dedo de Dios" (Éxodo 31:18). Y de igual modo: "He aquí la mano de El Eterno se presentará en tu ganado que está en el campo, en los caballos, en los burros, en los camellos, en las reses y en los rebaños, habrá una epidemia muy dura" (Éxodo 9:3). Y similarmente: "Er, el primogénito de Iehudá, fue un malvado a los ojos de El Eterno y por eso lo mató" (Génesis 38:7). Y también: "Cuando el pueblo se mostró quejumbroso a los oídos de El Eterno, escuchó El Eterno y se enfureció y ardió en ellos un fuego de El Eterno y consumió un extremo del campamento" (Números 11:1)

Todas las expresiones semejantes a estas consisten en aproximaciones al entendimiento de los seres humanos (1), ya que ellos no perciben sino los seres materiales, es decir, "se expresó la Torá en el lenguaje de los hombres", siendo estos términos descripciones entendibles. Por ejemplo: "Si afilo Mi espada como un rayo, y Mi mano prende el juicio, me vengaré de mis enemigos y castigaré a los que me odian" (Deuteronomio 32:41). ¿Acaso El Eterno tiene una espada? ¿Acaso Él mata con la espada? Sino que esta terminología es una metáfora. Esta idea se comprueba, por ejemplo, cuando los profetas declaran haber percibido a El Eterno:

"Divisé hasta que los tronos se detuvieron, el Anciano estaba sentado vestido como la nieve blanca, los cabellos de su cabeza como limpia lana, su trono hecho de centellas de fuego, sus bucles como fuego encendido" (Daniel 7:9)

"¿Quién es aquel que regresa de Edom, (quién es aquel que regresa) de Baztra vestido de carmesí; (quién es aquel) cuyo atuendo es magnífico, (quien es aquel) que marcha pesadamente? Soy Yo, el que proclama la justicia, el que trae la salvación" (Isaías 63:1)

(1) Cf. Moré Nebujim (1: 27): "Las personas simples no comprenden, al comenzar a pensar, sino la realidad material, aquello que posee cuerpo; en cambio aquello que no es material o que no pertenece a la realidad de los entes materiales, según ellos, no existe".

Incluso nuestro maestro Moisés percibió a El Eterno en el mar como un héroe que hace la guerra, mientras que en el monte Sinaí Lo percibió como un oficiante revestido. Es decir, que El Eterno no tiene ni imagen ni forma, sino que depende de la profecía o de la visión; no obstante Su esencia, la comprensión humana no la puede percibir ni analizar. Esto es lo que se declara: "¿Acaso podrás analizar a Dios, acaso podrás encontrar un limite al Omnipotente?" (Job 11:7)

El Templo de Jerusalem